Se acaban de cumplir dos años del Consell de Puig y Oltra, un gobierno que venía a todo y que ha hecho de la nada el todo. Un gobierno de propaganda, de titulares y enormes fracasos en la gestión. El Consell de Puig y Oltra ha arrinconado derechos de los castellonenses y ha dejado a la mínima expresión las inversiones en nuestra tierra.

En dos años hemos conocido en nuestra tierra cierres de ambulatorios, despidos de personal sanitario, largas listas de espera sanitarias, eliminación de programas plurilingües educativos, barracones en escuelas infantiles, primaria y secundaria, y un desigual trato en inversiones según el lugar de origen de cada persona.

Todo esto podría resultar propio de quien gestiona muy poco, pero hoy nadie duda que con Puig y Oltra los recortes sociales son una auténtica realidad. Impagos, imposiciones, sectarismo y falta de un modelo claro para avanzar y progresar. Después de dos años podemos asegurar que hemos perdido el tiempo del progreso en la provincia de Castellón.

Recientemente se ha conocido por medio de la Asociación de constructores y concesionarias públicas que en 2016 solo se lícitó en nuestra provincia obra pública por valor de 5 millones de euros, el peor dato de la historia reciente. Un recorte del 87% si se compara con el año 2015.

Mientras Puig y Oltra reciben más de 2.000 millones del Gobierno de España que el último gobierno del PP en la Comunitat, la licitación pública representó en nuestra provincia el 2,38% del total de la licitación pública del Consell en nuestro territorio. Somos, con datos en la mano, una provincia inexistente para el Consell, somos el 2% del todo para Puig y Oltra.

Quién no se ha pregunta, ¿Qué ha hecho Puig y Oltra en mi pueblo? Los incumplimientos han inundado nuestra provincia, pueblo a pueblo. Han pasado dos años y seguimos sin noticias de Puig y Oltra.

En materia de gestión la cosa no cambia. Más competencias a los Ayuntamientos, especialmente en política social, por aquello de no asumir responsabilidades, impagos, facturas en cajones por doquier y muchos pagos sin contrato. El año 2016 el Consell pagó 1.300 millones de euros sin contrato, eso que la consellera Montón llama pufos, pero no de 20 millones, sino de 1.300 millones de euros. Eso no sé si lo calificará como pufo pero lo que está claro es que será un pufo superlativo.

La gestión sin duda es la peor asignatura del Consell y no será por la alta nómina de asesores que ha reunido, pero al final ni con un millón de asesores se suple la voluntad política de querer hacer. El Consell sigue dos años después en la oposición ya que gobernar se les hace muy complicado. Con todo esto se podría pensar que los próximos dos años serán para Castellón, pero lo cierto es que solo queda un año. Todo lo que en 2018 no exista ya será tiempo de descuento y visto como se ha arrinconado el futuro inversor en nuestra tierra y la falta de compromiso de Puig con su provincia solo nos queda pensar que los próximos dos años seguiremos sin noticias. Aunque a veces la mejor noticia ya se sabe es que no haya noticias. Quizá en dos años todo pueda volver a cambiar y la provincia de Castellón tenga el protagonismo que Puig y Oltra le ha negado.

*Diputado autonómico del PP