El presidente del PP, Pablo Casado, clausura hoy la primera convención del partido bajo su mandato. En los dos días previos se han visto los dos PP que siguen cohabitando en la formación. El viernes dominó la reunión el PP moderado, con las intervenciones de Mariano Rajoy y Alberto Núñez Feijóo, mientras que ayer José María Aznar fue la estrella, el líder carismático que volvía al redil, pidiendo de nuevo el voto para el PP, tras sus coqueteos con Albert Rivera y sus elogios al dirigente de Vox, Santiago Abascal.

En su estilo, como sin darle importancia, Rajoy dejó un par de recados a su partido durante la conversación que mantuvo en el estrado con la presidenta del Congreso, Ana Pastor. Pidió al PP que no se «asuste por nada», en referencia a Vox, y advirtió de que debe alejarse de los políticos «doctrinarios» que se dejan llevar por el «sectarismo», en una alusión sin citarlo al pacto en Andalucía, cuestionado por el presidente gallego Núñez Feijóo, quien reivindicó un partido alejado del fundamentalismo y de la política vociferante y de trincheras. El otro recado de Rajoy fue la defensa de su gestión del problema catalán, asumiendo la aplicación del artículo 155 de una manera que ahora cuestiona, por blanda, su sucesor en el partido.

Muy distinto fue el tono de la segunda jornada, en la que Aznar se deshizo en elogios para Casado, «un líder como un castillo», y llamó a la recuperación de la unidad del voto de la derecha en el PP, escuchando a los que han abandonado el partido, refiriéndose a Vox y a los votantes que se fueron del PP a Ciudadanos. Aznar es también de los que cree que el artículo 155 se aplicó con debilidad y dedicó a Cataluña parte de su discurso con una requisitoria contra los que dieron un «golpe de Estado», aún «no desarticulado», y practican el «desacato», la «desobediencia» y la «deslealtad». La andanada alcanzó naturalmente a Pedro Sánchez, cuyo intento de diálogo con el gobierno catalán calificó de «traición» y «rendición de la democracia».

Aznar, verdadero referente ideológico del nuevo PP, preparó así el discurso de clausura de Casado. La derecha «sin complejos» dirige ahora el partido. Casado se ha rodeado de quienes más criticaron a Rajoy, pero las dos alas del PP siguen existiendo. Los moderados esperan agazapados para resurgir si la aproximación a los postulados de la extrema derecha de Vox no se traduce en buenos resultados en las elecciones del próximo mes de mayo.