Así se llama la nueva asignatura para el curso 2020-21. A menos de un mes para su inicio, los centros educativos tienen más preguntas que respuestas sobre cómo afrontar la nueva normalidad educativa. Sin embargo, mucho material escolar: improvisación, inseguridad jurídica, desorganización, desacuerdos y con estos mimbres muchos centros de la provincia han solicitado un aplazamiento de la fecha de inicio de curso para adaptarse a esta normativa.

Y lo triste es que a nadie le extraña que estas directrices lleguen tarde y mal porque es como nos tiene acostumbrados el Botànic y el departamento del Sr. Marzà . Unas instrucciones con lagunas y críticas que se han encontrado con el desacuerdo de muchos centros sobre la organización de los grupos estables de convivencia, del comedor escolar o las actividades extraescolares. Unos grupos estables que generan dudas sobre los recursos humanos que se ofrecerán para desdobles y para atender al alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo. Más dudas sobre el comedor escolar y si se dotarán de más monitores para gestionar los diferentes grupos o dudas sobre la seguridad y responsabilidad de las actividades extraescolares.

Y son dudas que plantea el propio protocolo sanitario de la Conselleria de forma implícita porque en su redacción deja interrogantes al no aclarar cómo se garantizará la higiene en el aula si son utilizadas como comedor, cómo se planteará la trazabilidad en el caso que se dé un positivo covid, cómo hay que actuar, quién estará en cuarentena, o si habría que cerrar el centro. En Ciudadanos pedimos que se instaure la figura del enfermero/a escolar en todos los centros para que los protocolos sean supervisados por personal sanitario e iniciar un curso escolar seguro. Estaría bien que se realizara una evaluación y seguimiento de los planes de contingencia que han elaborado los centros para ir adaptándolos a la situación. Finalmente, le pido a Marzá que dé respuesta a tantas dudas. H

*Diputada autonómica y portavoz provincial de Ciudadanos