Dicen que los economistas pecan en ocasiones de utilizar un lenguaje difícil de entender por la ciudadanía. Creo que es un error por su parte, ya que la economía es una de las bases fundamentales de una sociedad. Cada vecina y vecino de Castelló debe saber en qué gastamos el dinero de sus impuestos, cómo lo gestionamos y en qué situación financiera se encuentra su ayuntamiento.

Hay muchas maneras de ser economista, así como de dirigir las cuentas de una institución pública. Hace casi dos años y medio que nos dejó el escritor y economista José Luis Sampedro, quien demostró que la economía puede cambiar la vida de la gente. Decía que hay dos tipos de economistas, los que trabajan para hacer más ricos a los ricos y los que lo hacen para que los pobres sean menos pobres. En el caso de la alcaldesa Amparo Marco, también economista, me decanto por la segunda opción. Queremos que la gestión financiera del Ayuntamiento de Castelló consiga paliar las desigualdades sociales que sufren muhas familias. Lo estamos consiguiendo. Cerramos el año 2018 con la deuda más baja de la última década. La receta es bastante sencilla: una gestión racional del dinero público, austeridad del gobierno municipal y un reajuste de los préstamos bancarios que dejó en herencia la derecha. Queremos seguir destinando más recursos a bienestar social y empleo, es decir, poner a la gente como centro de decisión de nuestras políticas. Queremos pagar menos intereses a los bancos para poder invertir más en políticas que mejoren la calidad de vida colectiva y por eso vamos a trabajar para consolidar un modelo de gestión que empezamos hace cuatro años. Los expertos lo denominan economía social, pero yo prefiero llamarle economía centrada en las personas.

*Concejala socialista y edil de Gestión Municipal en Castelló