Este debería haber sido realmente el título del Plan Edificant, un programa de colaboración entre el Consell y los ayuntamientos para intentar salvar la promesa del Botànic de construir 140 centros educativos en la Comunitat y cumplir con el mapa de infraestructuras que ellos crearon. Una auténtica llamada de SOS de un bipartito que en más de dos años ha sido incapaz de cumplir con su planificación de eliminar los barracones en los colegios de Castellón debido a su baja ejecución en las obras. El dato más alarmante es que en el 2017 únicamente han ejecutado un 19% del presupuesto para las obras en Educación Primaria y un 13% en Educación Secundaria. Así, con este déficit en su gestión están condenando a centros como el Regina Violant de Almassora, con más de 11 años en barracones, a seguir conviviendo en aulas de chapa y plástico. Su ineficacia es tan evidente que hasta sus socios de Gobierno, Podemos, les hacen oposición con este descalabro.

Por ello, el Consell a sabiendas de que ha perdido toda la credibilidad, ahora pretende que con este plan los ayuntamientos les «salven su pellejo». Una dejadez total de funciones y de competencias que quieren transferir a los consistorios para maquillar su ineptitud. Es decir, Marzà busca responsabilizar a las administraciones locales del cumplimiento de la ejecución del mapa escolar y que sean los gobiernos municipales quienes den la cara ante sus vecinos en el caso de incumplir los plazos.

Salvando las distancias, y como ya ocurrió en Xarxa Llibres, Educación pretende que sean los consistorios, cada uno con sus casuísticas particulares y con independencia del número de habitantes, personal o presupuesto, los que solucionen sus problemas. El Consell pretende que, otra vez, edifiquen su ineficacia.

*Portavoz provincial y diputada autonómica de Ciudadanos