La sufrida afición albinegra vuelve a hablar con hechos a la vez que hace un esfuerzo por contener duras palabras en una situación de desasosiego. El desplazamiento masivo que han preparado para arropar al C.D. Castellón mañana sábado en Tafalla, donde se juega el pase para la eliminatoria decisiva en busca del ascenso, es otra importante acción que demuestra la calidad de la masa social que ha acompañado a este club a lo largo de toda su historia, con independencia de la categoría deportiva donde haya militado.

Alrededor de 500 orelluts empujarán a los jugadores para hacer valer el resultado que cosecharon el pasado domingo en Castalia. Muchos viajan en los autobuses que han organizado, otros lo harán en coches particulares. No importa el largo trayecto, ni tampoco que sea un partido de Tercera División. Pesa más el sentimiento.

El Castellón vuelve a jugarse la salida del infierno donde tuvo la desgracia de caer por unos dirigentes nefastos, pero con David Cruz al frente ha llegado al esperpento. Ningún presidente hasta la fecha ha generado tanta oposición, hasta el punto de provocar que la propia alcaldesa de la ciudad se manifieste en contra de una gestión que incluso puede significar la desaparición de la entidad porque, como bien dice, «la situación es precaria».

Hay muchas peñas que estos años han tenido agallas para rearmarse con aficionados jóvenes, quienes nunca han saboreado las mieles que un C.D. Castellón en Primera División. Otros, como el caso de Sentimiento Albinegro, están librando una batalla en los juzgados para que el atropello que ha sufrido la entidad en los últimos años no quede impune, pero hoy cabe resaltar aquí el gesto de esos 500 valientes que mañana estarán al lado de su equipo en Tafalla. Ellos representan ese escudo que tantas temporadas fue reconocido a nivel nacional y que, por desgracia, están pisoteando ahora personajes como David Cruz, quien no tiene la dignidad de apartarse y dejar de hacer tanto daño a la entidad.