Almassora cerrará el 2018 con menos de 2 millones de euros de deuda a largo plazo. Les puede parecer mucha o poca. Entre el 2007 y el 2015, la corporación del PP siempre superó los 6 millones, con picos históricos como los 11,8 millones del 2013 gracias a la sentencia urbanística de la avenida Generalitat. Nos dijeron que estaba pagada, pero no. Por ello, antes de que acabe el año amortizaremos 900.000 euros de un préstamo que todavía pagamos los vecinos de Almassora con nuestros impuestos.

Son certezas que ni el portavoz del PP en la oposición ni nadie puede discutir. Puede escribir lo que entienda oportuno porque la mentira es libre, igual que en su día le pareció bien disparar hasta siete los préstamos firmados con los bancos para que entre todos pagáramos intereses. De aquellos 5,2 millones con que iniciamos el 2016 reduciremos más de 3 cuando acabe este año y de los siete créditos que llegó a contraer el PP solo quedan dos. Los datos están en Intervención, que es quien custodia la herencia. Las opiniones son otra cosa.

Por eso, le voy a pedir a mi compañero José Benlloch, alcalde de Vila-real, que me preste su «los empastres del PP», expresión que utiliza para referirse a tantas herencias urbanísticas que todavía pagan sus vecinos de la gestión de sus antecesores políticos.

Aquí en Almassora va como un guante. Por eso no sé si es imprudencia, un error o una campaña electoral adelantada, pero que Luis Martínez acuse a los técnicos de perder ayudas millonarias viendo el saneamiento de las cuentas logrado con su marcha a la oposición igual es hipocresía.

O una rabieta, porque los 5 millones de euros de subvenciones europeas en Edusi y los 17 millones de la Generalitat en el programa Edificant no los consiguieron ellos. Con pagar sus empastres con créditos, una subida de impuestos y un recorte de servicios tenían bastante. De su inoperancia heredamos préstamos, un edificio del ayuntamiento nuevo, barracones, unas calles más sucias por el tijeretazo en el contrato de limpieza y grandes dosis de hipocresía. Yo no pierdo nada, señor Martínez, gano ir con la verdad por delante y poder mirar a la cara a mis vecinos.

*Alcaldesa de Almassora