Querido/a lector/a, desde que el presidente Pedro Sánchez anunció que las elecciones generales serán el 28 de abril, han empezado a parecer encuestas que sería absurdo darles valor final a lo que son iniciales intenciones. No obstante, es cierto que todas ellas, aún con diferencias, marcan una tendencia constante que cabe tener en cuenta porque puede ayudar a orientar las campañas electorales de cada partido.

En todo caso marcan que el PSOE y Ciudadanos van en línea ascendente de votos y diputados, al tiempo, el PP y Podemos van perdiendo espacio. Además, se observa que Vox va a tener presencia, al menos, en el Congreso. Lo que no queda claro es quien tendrá mayoría para hacer gobierno porque existe un empate técnico entre la derecha y la izquierda y, en consecuencia, la campaña va a tener importancia. Datos que muestran que aquel PP que enredó y absorbió a todos los partidos de la derecha, ahora, posiblemente por la corrupción y por su giro autoritario, se ha desparramado en tres partidos que se sitúan en la confrontación y crispación permanente y han perdido la palabra como herramienta, el centro político y, por lo tanto, se han hecho inútiles para solucionar los retos que debe abordar España y que reclaman sensatez, unidad, dialogo… Por cierto, si tenemos en cuenta que lo que se ve de Podemos apunta a que sirvió para la denuncia, pero no para confiarles soluciones, la realidad es altamente positiva para el PSOE y Pedro Sánchez. Es decir, después de ejercer de gobierno que utiliza el dialogo y defiende el bien común, puede ganar si los barones no sacan la lengua a pasear y el partido entiende que es necesaria una campaña planificada, con cronograma y con una militancia activa que promueva permanente movilización social, porque el votante retrasa cada día más la decisión del voto y su fidelidad electoral no es la del hincha. No les miento: así es como me gustaría que fuera.

*Analista político