L a historia se ha repetido. El Pacte del Botànic se ha ido por las ramas, como suele hacer, en una lamentable metáfora de su origen vegetal, demostrándonos una vez más su sectarismo, cómo tratan a quienes no confían en ellos o no comulgan con su religión: la de apartar al que no vea la vida como ellos tratan de imponer a base de castigos y prohibiciones.

Porque el Pacte del Botànic lleva muy mal que la mayoría de los votantes de la provincia de Castellón no se creyeran su discurso de salvapatrias. Consiguieron hacerse con muchos ayuntamientos en los que nunca han gobernado, a base de pactos de los que no hace falta hablar más, porque hablan por sí solos día sí y día también. Pero la Diputación Provincial les duele, porque sí que es un reflejo de la voluntad expresada en las urnas y como no superan no haberse salido con la suya, han concretado su correctivo en los Presupuestos de la Generalitat Valenciana para el año que viene: Castellón vuelve a estar a la cola de las inversiones del Consell.

Al president secuestrado no solo se le olvidan sus orígenes, sino también sus promesas, y consiente la discriminación de nuestra provincia como ha consentido muchos otros agravios para no hundirse en su débil mandato.

Lo que no podemos reprocharles es no saber idear y vender bonitos titulares, son expertos en camuflar sus deficiencias mientras echan balones fuera apuntando a otros para no asumir sus responsabilidades. Y mientras Fomento demuestra con hechos el esfuerzo inversor que está llevando a cabo en la provincia, mientras la Dirección General de Costas anuncia la licitación de proyectos como la protección del litoral, como recientemente se hizo con Nules, los del Botànic se dedican a dar largas, a ocultar sus incumplimientos con sus bonitas cortinas de humo, pero que no se concretan en nada, eso es lo que tiene el humo aunque lo tiñas de colores para que quede más resultón.

Sus discursos vacíos de verdad, se llenan de manipulación decorada, de maquillaje para ocultar engaños; sus hechos están vacíos de efectividad, porque están llenos de sectarismo y prohibición. Esa es su estrategia: al enemigo ni agua, a no ser que saque algo para mí.

*Concejal y portavoz del PP de Nules