La historia está llena de fraudes y maquinarias propagandísticas puestas al servicio de un objetivo de conquista del poder a costa de la buena voluntad ciudadana. Basta que nos fijemos en revoluciones como la cubana, en campañas como el brexit, o en la irrupción de iluminados en fases agudas de crisis como las que vivimos en toda Europa. La propia alianza de PSPV, Compromís y Podemos no es más que la configuración de una operación política para manipular a los valencianos.

Y se manifiesta así al comprobar que los principales puntos del acuerdo tripartito se incumplen sistemáticamente. Una de las críticas más aceradas a sus predecesores al frente de la Generalitat fue la situación del sistema educativo, que prometían mejorar radicalmente. Dos años después es evidente que la gestión del PP estuvo a una distancia sideral, por su eficacia, de la practicada por los actuales dirigentes.

Discriminatoria es la praxis del departamento que encabeza Vicent Marzà, que elabora decretos como el del plurilingüismo, que menoscaba la igualdad de oportunidades de los alumnos en competencia idiomática. Así lo reconoce el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana. Y sectaria es la cruzada iniciada contra la educación concertada, del todo injustificable.

En el escalón más alto de la incapacidad encontramos, sin embargo, lo relacionado con la gestión del mantenimiento, planificación y construcción de centros educativos. La mentira en forma de promesa llegó a los valencianos de boca de políticos como Mónica Oltra o Ximo Puig, que garantizaron eliminar los centros educativos donde aún quedaban aulas prefabricadas en las tres provincias -ya escasas porque el PP había construido 600 colegios durante sus dos décadas de gestión-.

La agitación y movilización social del tripartito en contra del Consell, entonces sustentado por el PP, fue desmesurada, agresiva y con fines intimidatorios. ¿Qué tenemos hoy? Bien, todas las obras que PSPV y Compromís, con el apoyo de Podemos, se comprometieron a realizar en el primer semestre de 2017 están en el limbo. Los barracones continúan de forma total o parcial en 16 colegios en los que el Consell garantizó que intervendría en estos meses.

Queda algo más de una semana para que finalice ese segundo semestre donde el tripartito tenía que aplicar uno de sus vórtices propagandísticos como es la mejora del equipamiento educativo y, de momento, no hay licitaciones de ninguna de las obras en colegios con aulas prefabricadas. El engaño masivo continúa revelándose y a medida que avanza la legislatura cada vez aflorará en más áreas.

*Presidenta del PP de la Comunitat Valenciana