El Gobierno está haciendo un indudable esfuerzo de comunicación sobre el coronavirus en la forma, pero no en el fondo. Por lo que se refiere a la forma, es de agradecer --creo-- la decisión de comparecer diariamente, incluso más de una vez. Sin embargo, esto está siendo un fiasco en el fondo, porque casi todo lo que dicen parece tener como objetivo confundir a los ciudadanos con el fin de que ya no sepamos ni dónde estamos. Esto puede ser útil en el corto plazo, pero nada más.

Por un lado, el baile de datos es una grave irresponsabilidad. Cambiar la metodología en plena crisis para que, casualmente, los datos cada vez sean más favorables y despierten optimismo, termina por generar un gran desconcierto. Proporcionar información ambigua sobre el número de test que se han realizado es inaudito. Que un ministro, en este caso Grande-Marlaska, diga que el Gobierno no tiene nada de qué arrepentirse mientras otros miembros del Ejecutivo, así como presidentes autonómicos, hacen autocrítica y piden perdón, es también muy raro. Que otra Ministra, la de Trabajo, soliviante al sector turístico al decir que no reabrirán hasta diciembre, es inquietante. Además, ella misma afirmó en una entrevista en Infolibre lo siguiente: «Si no hubiéramos actuado pronto, las cifras del paro serían hoy insoportables». Lo son, lo son. Suena a discurso complaciente en exceso, teniendo en cuenta lo que hay y lo que viene.

Hay más ejemplos de desastres comunicativos. La publicación del BOE con detalles sobre trabajos esenciales cerca de la medianoche o los cambios de criterio sobre la salida de los niños a la calle trasladaron una sensación de descontrol poco recomendable. También creo que las comparecencias de Sánchez deberían ser escuetas y con anuncios muy concretos, para que todos asociemos sus apariciones con alguna novedad extremadamente importante y la tengamos clara en el minuto uno. Me parece igualmente reprobable el juego de poder en el gobierno de coalición o el hecho de alimentar la idea de que toda crítica es un bulo. Tan importante es contar cosas como contarlas bien.

*Periodista