Es hora de volver. ¿A dónde?. A una tierra de valores. Los valores de la hospitalidad propios de una sociedad de anfitriones. Un territorio abierto, tolerante, inclusivo. Donde nadie se sienta extraño ni forastero. Donde se premia el talento y solo el talento. Ser destino turístico entraña una actitud colectiva inspirada por todo ello. Así queremos ser percibidos. Así queremos ser reinterpretados. Un nuevo relato turístico que contribuya concientemente a la remontada reputacional que nos merecemos como sociedad y como territorio. Demasiadas veces hemos simbolizado lo contrario. Ahora toca volver. Siempre a nuestras costas, interior, paisajes, hoteles, bodegas, rutas, templos… Pero ahora toca volver a nuestra esencia. Volver a nuestra identidad sin mácula. La creatividad de este año se basa en la naranja. Icono y metáfora del carácter exportador de nuestra gente. El coraje de salir al mundo a vender lo que somos.

Estas son las credenciales que presentaremos en Fitur. La primera feria del año a la que seguirán casi otras 50 repartidas en los diferentes mercados nacionales e internacionales. Fitur arranca una temporada de promoción que deberá poner también el énfasis en una nueva inteligencia de mercados. Debemos manejar mucha información sobre la evolución de los mercados emisores, su segmentación, la geopolítica (este año hemos crecido por mor de la desgracia de otros en el Mediterráneo oriental), nuevas tendencias, etc. La temporada de ferias debe caminar de la mano del radar siempre atento de las administraciones para interceptar dónde se anclan nuevas oportunidades. La mejor promoción nunca será disparar a todo y no atrapar nada. El reto es mejorar nuestra capacidad analítica, procesar mucha información, transformarla en conocimiento y transferirlo al mundo de la empresa, cuya visión estratégica, nos lleva a accionar cómo y dónde corresponde.

Volviendo a Fitur, la Agencia Valenciana de Turismo ha redireccionado el sentido de todo su espacio central disponible para que sea ocupado por el mundo empresarial. Una feria no deja de ser un espacio para el negocio y la transacción. Volvamos también a esa esencia. El protagonismo deben ostentarlo los integrantes del sector.

Otra novedad que guarda relación con la primera reflexión de este artículo es que siete de las ocho empleadas que trabajen en el stand de la AVT serán personas con discapacidades entre el 37 y el 65%. Superemos el presunto canon de belleza de tantos años. Gestionemos oportunidades y talentos de otra forma. Un territorio para todos, sin fronteras y sin complejos. Es hora de volver.H

*Presidente de la Agencia Valenciana de Turismo