Hace solo tres semanas, el 8 de marzo, celebrábamos el Día Internacional de la Mujer, un día donde reclamar la igualdad efectiva entre hombres y mujeres y, dentro de esa demanda de equidad, figura la corresponsabilidad en las labores del cuidado de la familia y del hogar.

Sin embargo, el reciente 30 de marzo se celebró un día de un colectivo que permanece del todo olvidado en el imaginario general cuando de reclamar derechos se trata: el Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar.

Y es que que, según la Red Estatal de Trabajadoras del Hogar y Cuidados, en nuestro país hay alrededor de 600.000 empleadas del hogar, de las cuales un 34% no está dado de alta en la Seguridad Social. Una de cada tres trabajadoras del hogar vive por debajo del umbral de la pobreza, y también una de cada tres trabaja sin contrato escrito. Y de las personas que están dadas de alta en el Sistema Especial de Empleados de Hogar, el 96% es mujer por únicamente un 4% de hombres, lo que refleja, sin lugar a dudas, que es un colectivo altamente feminizado. Por ello, desde UGT queremos aprovechar esta ocasión para reivindicar los derechos que las trabajadoras del hogar deben tener en un sistema de protección laboral equitativo, mediante la ratificación por España del Convenio nº 189 adoptado hace ya nueve años por la OIT, que garantiza los derechos de las empleadas domésticas.

Igualmente, hay cuestiones tan importantes --y que los trabajadores por cuenta ajena tienen reconocidos-- como la integración plena en el Régimen General de la Seguridad Social, con los consiguientes derechos a las prestaciones por desempleo o de baja por enfermedad, o al reconocimiento de enfermedades profesionales.

También debería incluirse a este colectivo en la ley de Prevención de Riesgos Laborales, lo que permitiría determinar y prevenir los riesgos laborales en el sector, garantizando así las condiciones de seguridad y salud en el trabajo. Además, debe asegurarse la protección efectiva frente a toda forma de acoso, abuso y violencia en el trabajo, por las peculiares características de los domicilios particulares como centros de trabajo.

Y, por último, dignificar la realización de las tareas del hogar mediante la profesionalización del sector, reconociendo la cualificación profesional que tienen quienes vienen desempeñando este trabajo mediante la acreditación de la experiencia laboral, abriendo un proceso extraordinario en todas las Comunidades Autónomas.

Y es que este sector tan vulnerable, con la actual crisis del coronavirus y el estado de alarma, por sus especiales características ha quedado fuera del escudo de protección social del Gobierno.

Creemos desde la UGT que estas medidas son necesarias para, de esta forma, ir reduciendo paulatinamente el trabajo informal en el sector, con una inmensa mayoría de mujeres que cubre las necesidades de muchas familias tanto en los trabajos domésticos como en los de cuidados, sean menores o familiares dependientes, y así evitar que en pleno siglo XXI, continúen trabajando personas sin unas condiciones de trabajo dignas o sin los mismos derechos que cualquier otra trabajadora en España.

*Secretario intercomarcal de FeSMC UGT Comarques del Nord