A gosto suele estar vinculado a periodo vacacional y a parón. Pues bien, el Gobierno de Sánchez lleva en agosto desde el pasado marzo. España está parada, bloqueda ya seis meses, tiempo en el que se han celebrado unas elecciones tras las que el candidato socialista no ha logrado el apoyo para eregirse en presidente.

Y mientras tanto, la parálisis política ya va calando con sus consecuencias negativas sobre la economía y el empleo. Sánchez y su equipo no deberían dejar pasar ni un minuto, ni un día de agosto, sin intentar alcanzar un acuerdo de gobierno, si aún creen que es posible.

Porque España necesita un gobierno, aunque ciertamente el que se avecina es para echarse a temblar. Sánchez debe dejarse de excusas y empezar a buscar soluciones. Y es que, oh, paradojas de la vida, ahora se intenta acusar al centro derecha de la ingobernabilidad de España, cuando sólo hay un culpable: Sánchez, que igual se une con los herederos de ETA -Bildu- para gobernar en Navarra, como implora la abstención del Partido Popular. Sánchez no es de fiar, porque cuando te has girado se ha unido con los que se quieren separar de España o con los que honran a los que han asesinado a cientos de españoles. Y así no puede un candidato merecer la confianza de quienes defendemos el respeto a la ley, la libertad y la unidad de España. Cierto es que nuestro país merece un gobierno, y que no se debe abocar a los españoles a nuevas elecciones, pero más cierto es que España no merece un presidente que sea un peligro para su estabilidad. Donde no hay bloqueo es en quienes queremos el mejor futuro para Castellón y España, un honor seguir trabajando desde el Senado por conseguirlo.

*Senadora del PP por Castellón