En su discurso de clausura de la Convención Nacional del Partido Popular, Pablo Casado nos dejó un mensaje claro: «España necesita hoy, sobre todo, libertad, y vamos a pelear en serio por ella».

Alrededor de la libertad giran las ideas, los principios, los valores y un proyecto para España que los hombres y mujeres del Partido Popular tenemos que ofrecer.

Cuando en julio del año pasado y mediante un proceso de primarias elegimos a nuestro presidente, sabíamos que la renovación no podía limitarse a la designación de un nuevo liderazgo. Sabíamos que quien asumiese este liderazgo debía afrontar cambios profundos.

Había que reafirmar principios y valores propios de las derechas europeas democráticas, abiertas y plurales, alejadas de tonos populistas o difuminados por la gestión que en ocasiones te aleja del corazón de tus ideas y del de tu electorado.

Los principios de la Nación moderna, que huye de discursos esencialistas y se basa en los principios herederos de la Revolución Francesa, los de la Nación de ciudadanos libres e iguales. Los de las sociedades abiertas frente a la falsa «supremacía moral» de la izquierda que suele colectivizar la sociedad anulando al individuo y la divide entre buenos y malos de forma simplista, sectaria y fracturadora.

Ante la política actual, tan líquida, volátil y cosmética, este fin de semana los hombres y mujeres del Partido Popular hemos reivindicado la solidez ideológica y moral que representan nuestras ideas frente a quienes conciben la democracia representativa como un juego de intereses y de ambiciones partitocráticas sin principios.

Nuestro lema España en libertad ampara nuestra visión, misión y valores, que no son otros que la libertad, la responsabilidad individual ante el Estado, la libertad económica, la igualdad de oportunidades, la ética del trabajo y la búsqueda de la felicidad; la familia y la preocupación por el invierno demográfico.

Los electores votan a un partido por la identidad y por los valores que estos defienden. Nuestros valores nos definen porque definen a la mayoría social que representa nuestro electorado. Un electorado que no es otro que el de un pensamiento liberal-conservador moderno y renovado que se articula entorno a unas ideas, ya que éstas son la base real de cualquier proyecto político creíble.

En definitiva, nuestras ideas definen como somos; ya que somos lo que defendemos y hemos de defender lo que somos. Y si alguien quiere encontrar al Partido Popular fuera del Partido Popular --entre los inconsistentes o los estridentes-- se equivocará completamente. Cualquier mayoría alternativa al Gobierno socialista y a sus socios populistas y golpistas, solo podrá articularse alrededor del partido que más y mejor representa a la mayoría social de centro-derecha, la del sentido común, la de la moderación y la de la concordia, es decir el Partido Popular.

*Vicepresidente de la Diputación Provincial de Castellón