Repoblem, el programa estrella de la Diputación de Castellón, está fracasando. 90 de los 135 municipios de la provincia han perdido población este año según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Sabemos que la tasa de nacimientos en España es entre un 15 a un 20 por ciento inferior al resto de Europa, a lo que se suma una orografía de nuestra provincia muy complicada. Hace 100 años, Adzaneta tenía 3.400 vecinos. Hoy 1.200, la mitad que en los años setenta.

Resumiendo, antes teníamos pueblos con el triple de población, que ahora se están quedando vacíos. Y no solo es por el descenso de la natalidad, sino también porque desde las administraciones el bipartidismo no ha conseguido hacer que los pueblos del interior sean atractivos. Se necesitan infraestructuras, sanidad, empleo de calidad, todo aquello que permite establecer un proyecto de vida.

Las infraestructuras poco a poco son cada vez mejores, pero Ayuntamientos y Diputación se están olvidando que la infraestructura más importante de 2019 es la fibra óptica, una herramienta que permitiría potenciar nuevos empleos y nuevas empresas si se dan las condiciones para implantar trabajos tecnológicos, por ejemplo. Es una lástima que nos estemos quedando atrás respecto a otras zonas de España.

NOS PODEMOS imaginar que poblaciones crecen: las zonas urbanas, industrializadas y que ofrecen grandes servicios, además de aquellas situadas en el litoral con un fuerte turismo, y entre ellas se encuentran, Castellón, Vila-real, Benicarló, Onda, Burriana, Peñíscola, Benicàssim, etc. Sin embargo, otros rompen la tendencia, como Montanejos, que ha conseguido escapar de la lista negra, ya que en el año 2000 se encontraba con menos de 500 habitantes y ahora suma 548.

Lo cual nos hace pensar que hay soluciones al apagón demográfico de nuestros pueblos.

Durante estas fiestas navideñas nuestro turismo de interior ha tenido un 90 por ciento de ocupación en los establecimientos de la provincia que sufren despoblación. Rayos de luz que iluminan el camino que debemos seguir desde las administraciones. El turismo de interior ofrece nuevas ventanas de oportunidades laborales que pueden atraer a empresas y personas, pero debemos proyectarnos hacía el exterior. Si consiguiéramos estos datos fuera de los períodos de verano y festivos señalados, sería un gran avance.

LO MISMO sucede en las localidades del litoral fuera de los meses de sol y playa; conseguir turistas durante los meses de invierno y de peor ocupación para el sector hotelero ofrecería nuevos puestos de trabajo a muchos castellonenses.

Pero, seguimos estancados. Como decía en mi último artículo que compartía con ustedes, las estrategias que estamos llevando a cabo, tanto en la feria de Fitur como en nuestras localidades, no están consiguiendo resultados. Los datos no engañan.

Según el INE, el perfil de turista nacional apenas ha variado en este pasado 2018 respecto a años anteriores. Una década de estancamiento pese a los esfuerzos del sector por captar visitantes de otras zonas del territorio español, el perfil en su mayoría siguen siendo de la misma procedencia; valencianos, catalanes y madrileños.

*Portavoz de Ciudadanos en la Diputación de Castellón