No sé ustedes, pero yo llevo asistiendo atónita y con preocupación a todo lo que está sucediendo en Cataluña en los últimos días. Episodios de una violencia inaudita para una democracia europea en pleno siglo XXI que trastoca la imagen de todo un país, quebranta el día a día y pone en jaque la reputación de miles de ciudadanos que nada tienen que ver, ni quieren tenerlo, con gobiernos que en lugar de acatar las sentencias las interpretan, justifican el desorden en las calles y utilizan las instituciones de todos, al servicio de unos pocos y alimentan la irracionalidad y la confrontación.

Lo advirtió Jean-Claude Juncker el pasado día 22, cuando se despidió de la Eurocámara haciendo un llamamiento a la responsabilidad de los representantes europeos pidiendo luchar contra «los nacionalismos estúpidos y estrechos de miras» pidiendo una Europa fuerte y unida, poniendo el énfasis en aquello que nos une y dejando a un lado lo que nos separa.

Muy cerca de nosotros, aquí en la Generalitat Valenciana, tenemos a un gobierno cuyos socios, lejos de ocuparse de lo que realmente nos preocupa a los valencianos, su único objetivo es catalanizar nuestra Comunitat. Son aquellos que venían a recatar personas, pero acaban rescatando televisiones. Aquellos que recortan en sanidad, son incapaces de generar empleo, multiplican las listas de espera y desmantelan hospitales en nuestras Provincia, pero al mismo tiempo dilapidan 17 millones de euros en 330 asesores. Son aquellos que pretenden cercenar la libertad de los padres para decidir la educación de sus hijos. Son aquellos que cuando se equivocan y, sistemáticamente, así se lo dice la Justicia, son incapaces de admitirlo.

ES EL MOMENTO de políticos con capacidad negociadora, con altura de miras, con sentido de estado que entiendan que vivimos en una España unida, abierta y plural que pertenece a un proyecto común que es Europa. Tenemos y vivimos en un gran país con potencial y talento reconocido y sobradamente demostrado, que no puede permitirse continuar bloqueada por el capricho de quienes representan un proyecto ya fracasado, incapaces de pactar y de llegar a acuerdos y que están condenado a España, a la Comunitat Valenciana y a la provincia, a 16 meses de bloqueo institucional, social y económico.

*Alcaldesa de Benicassim*