Es una variación de aquel famoso timo de la estampita en la que un gancho que se hacía el tonto te ofrecía un sobre rebosante de parné diciéndote que eran estampitas y que no las quería para nada. El listo --es decir, usted o yo--, llevado por la avaricia, le ofrecíamos comprarle ese sobre por unos pocos euros. Y, cuando nos lo entregaban y el tonto estaba a unos cuantos kilómetros de distancia, nos dábamos cuenta de que las estampitas eran eso: estampitas y no billetes de 500 euros, que era lo que parecían.

Entonces, usted y yo, dudábamos si correr detrás del tontito, que se había transformado en Usain Bolt, o irnos a denunciarlo a la Guardia Civil y que el guardia de guardia se nos riese en la misma cara.

Pues algo así pasó desde el 2004 al 2015 en Xilxes. Alguien les enseñó a los dirigentes un sobre rebosante de proyectos: dos campos de golf inmensos. Por un lado, los del Campo de Golf Xilxes Golf Resort, dentro de su sobre, enseñaron una garantía de promoción del 17% al que se comprometieron como adjudicatarios. Es decir, 9.217.134,26 euros. Pero, además, como los vendedores ambulantes de los años 50, por ese módico precio te regalaban un local polivalente: el Casal de Festes dentro del casco urbano del pueblo, con una superficie en planta de unos 1.200 m². Y si por si eso no fuera poco, un auditorio municipal. Pero aún hay más, la construcción de un campo de fútbol de césped artificial circunvalado por pistas de atletismo y una piscina cubierta de dimensiones olímpicas.

El Golf Costa Malvarrosa fue más modesto, pero igual de efectivo, ya que puso una garantía de promoción del 7% al que se comprometió como adjudicataria. Es decir, 2.233.051,35 euros, junto a un centro residencial para la tercera edad, con una ocupación aproximada de 60 plazas acompañado de un centro de día; un trinquete, frontón y carrer de pilota, dentro de las instalaciones municipales L’Alter; y la rehabilitación del Teatro Municipal, también regalado por el mismo precio.

Pero en el sobre no había nada. Ni las garantías de 11.450.185 euros que les prometieron. ¿Y ahora qué? ¿Corremos tras Bolt o vamos a la Guardia Civil?

*Abogado. Urbanista