Querido/a lector/a, al pasar por delante de un kiosco de prensa vi un titular de periódico que me llamo la atención. Decía que el PSOE había presentado al Congreso de los Diputados una proposición de ley para regular y despenalizar la eutanasia. Por cierto, en ese instante me acorde de la peña del nacional-católica, de esos que aprovechan el debate o la promulgación de ciertos derechos o libertades civiles (llámese divorcio, aborto, matrimonio gay, etc. para montar el pollo. Y no es que no tengan derecho a defender sus posiciones morales, claro que sí, pero es que lo hacen de forma irracional que solo les sirve para escandalizar y perder. Aún recuerdo cuando el Ayuntamiento de la Vall d’Uixó creó un gabinete de planificación familiar y los de la peña conservadora dijeron que se quería instalar una máquina para triturar fetos.

En cualquier caso, cabe aclarar que la proposición de ley orgánica que regula y despenaliza la eutanasia se fundamenta en preceptos constitucionales como la dignidad de la persona y el derecho a decidir libremente, tiene un importante apoyo social (según el CIS el 70% de la población), ha sido solicitada por 7 parlamentos autonómicos, esta reconocida en diferentes estados (Alemania, Suiza, Holanda, Bélgica, Canadá, algunos estados norteamericanos…) y, dicho sea de paso, lo fundamental es que tiene el objetivo de solucionar legalmente aquellos supuestos en que una persona con una enfermedad irreversible y sin tratamiento, que sufre padecimientos graves, desea y solicita que se le administre una medicación que ponga final a su vida o que le garantice el acceso para poder fin a su vida por si mismo.

Querido/a lector/a, estamos hablando de la primera o de la última libertad, del primer o del último derecho (el de decidir sobre nuestra vida) y de asegurar una muerte digna cuando las condiciones de vida son insoportables y no tienen futuro.

*Analista político