Querido/a lector/a, hoy no tenía previsto hablar del Premio Nobel. Seguramente hubiera escrito algo relacionado con las desavenencias que surgen al elaborar cualquier lista electoral. Pero, cuando he visto que Ximo Puig, el Consell de la Generalitat, ha abierto una ronda de contactos con las instituciones valencianas del conocimiento (universidades, Fundació Jaume I, Consell de Cultura…) para proponer al Nobel a Avel.li Corma he optado por sumarme a la iniciativa y dedicar mi pequeño rincón al químico multilaureado y premio Príncipe de Asturias. Y es que no todos los días proponen para premio Nobel a «un dels nostres, de Moncofa, de la Plana Baixa, del Pais Valencià».

Por cierto, he de confesar que cuando me enteré de la noticia sentí una alegría que iba mas allá de la estima que uno puede sentir por la persona en concreto. Y es que entendí, y lo sigo viendo así, que es un acto que «fa justícia i país» ¡Si! Y digo que «fa justícia» porque la iniciativa de Puig de proponer a Avel.li Corma para el máximo reconocimiento profesional, y en consecuencia social, es una forma de expresar la vocación de comprometerse con nuestros científicos y expresarles el reconocimiento (espero que los medios) y la dignidad que se merecen las personas que con su trabajo representan los límites del saber humano. Pero si al mismo tiempo he dicho que me parece un acto que «fa país» (me refiero al Valencià) es porque si lo hacemos cuando exigimos sin concesiones una mejor financiación autonómica y mayor participación en los Presupuestos del Estado, necesidades estas que nos deben de ayudar a mirar el futuro con esperanza, también lo hacemos cuando ante nuestras tierras, nuestras gentes y el mundo entero, promocionamos a nuestra ciencia y a nuestros científicos. Al menos, que quede constancia que aquí no todos es corrupción.

«Avel.li, una forta abraçada i un bon carajillo de ron».

*Analista político