Qué fácil es hacer lo fácil y que fácil es hacer como que se hace algo, sin hacer realmente nada. Parece un trabalenguas, pero no lo es. Se trata de la realidad de la mayoría de los nuevos gobiernos, doctores honoris causa en eso de mercadear con la apariencia.

Los nuevos gobiernos se llenan la boca hablando de participación. Dicen que organizan asambleas para escuchar al pueblo, para atender sus demandas. Toman nota ansiosos de sus sugerencias: esta calle tiene baches, esa farola no funciona, esos juegos infantiles están rotos o viejos, o simplemente no tenemos juegos infantiles... Todo muy bien, todo muy fácil de atender, solo hay una pega: ¿acaso no es obligación de los políticos detectar y solucionar esos problemas? ¿Dónde están o a qué se dedican para no ver lo que sí que ven los vecinos? No vivimos en Londres, ni en Nueva York. Los alcaldes y concejales de los pueblos somos unos vecinos más que hemos asumido la obligación de preocuparnos por mejorar el día a día del lugar donde vivimos.

Pero claro, es más fácil decir que se escucha a los ciudadanos, cuando en realidad lo que se hace es invitar a los ciudadanos a que hagan el trabajo de uno. Y habrá quien querrá vender mis palabras como un ataque a la participación, es muy propio de los nuevos gobiernos poner en boca de otros lo que a ellos les gustaría que dijéramos.

Pero no. No tengo nada en contra de la participación, tenemos el compromiso supremo de escuchar a la gente, pero siempre, no cuando a uno le conviene. Porque después, cuando un iluminado obsesionado por hacer algo que quede en la calle, porque nada ha hecho en dos años, decide cortar al tráfico todo el centro histórico de un pueblo, pongamos que se llama Nules, entonces la participación les importa un bledo.

Así de duro y así de real. A los de la participación les tiene sin cuidado lo que piensan los vecinos sobre una medida descoordinada, muy poco pensada, radical y unilateral. Dicen que escuchan a la gente, pero estos días el alcalde pedáneo de Mascarell dijo que no lo hacían, que lo ninguneaban. ¿Cuál es la conclusión? Demagogos y embaucadores, eso es lo que son en realidad.

*Concejal y presidente del PP de Nules