Si hoy se volvieran a repetir las elecciones en Castelló, el gobierno de Fadrell volvería a coger las riendas del Ayuntamiento. Tanto la encuesta que publicó este medio el pasado 9 de octubre como la que dio a conocer ayer Demoscopia daba buenas noticias a los votantes de izquierdas. Estos datos son una inyección de energía después de este comienzo de legislatura insólito y complejo.

Queda claro que el esfuerzo constante y el trabajo bien hecho se traduce en confianza por parte de la ciudadanía. Hace un año y medio que Castelló acudió a las urnas y votó por seguir transformando la ciudad a través de políticas progresistas que tienen como pilar fundamental consolidar los cimientos del Estado de Bienestar. Quién nos iba a decir que meses después de ese 26 de mayo un virus iba a revolucionar nuestra manera de trabajar, de relacionarnos, de divertirnos, en definitiva, iba a cambiar nuestra forma de vivir.

A pesar de las consecuencias sociales y económicas de este virus, el gobierno de Fadrell continúa trabajando por hacer de Castelló una ciudad más moderna, intergeneracional, europea y participativa. Aunque, no nos engañemos, seguimos contabilizando datos de contagios por covid-19, lo que nos demuestra que debemos hacer un ejercicio de reflexión individual y colectiva entre todas y todos y no olvidar extremar la precaución y cumplir con las medidas de seguridad para evitar la propagación del virus. Es responsabilidad individual y colectiva. Toda decisión debe ser coherente y responsable. Tenemos que acostumbrarnos a que la vida ahora es diferente. La mascarilla se ha convertido en un complemento más de nuestra vestimenta, los dos besos han desaparecido de la cultura del saludo y las grandes comidas y cenas han evolucionado a íntimas quedadas con nuestro círculo cercano.

Después del estado de alarma a nivel nacional, la gestión de esta pandemia ha sido diferente en cada comunidad. Los datos están dando la razón a aquellas autonomías que se pusieron a trabajar antes del comienzo de la desescalada general. Según datos del Ministerio de Sanidad, la Comunitat Valenciana es la segunda región con menor tasa de contagios, después de Canarias. Las cosas no suceden por casualidad. Como tampoco es casualidad que en comunidades donde la sanidad pública se encuentra en jaque, como en Madrid y en Andalucía, los casos se hayan disparado. Mientras que el gobierno de Díaz Ayuso está demostrando su ineficacia e imprudencia ante la situación, el gobierno valenciano se ha vuelto más fuerte ante la adversidad.

No obstante, es importante seguir haciendo autocrítica de la gestión de los gobiernos de partidos de izquierda. Nuestro problema histórico siempre ha sido la falta de unidad y la crítica desmesurada entre nosotros y nosotras. Decía el expresidente de Uruguay, Pepe Mujica , que la izquierda debe tener claro quién es el principal adversario y dejar de dar tanto protagonismo a las diferencias.

En Castelló, a pesar de las disimilitudes entre las tres agrupaciones que gobiernan, hemos trabajado juntos para entendernos. Con sus altibajos y su disparidad de opiniones, siempre hemos conseguido llegar a puntos en común a través de la negociación y, como no, el diálogo. Al fin y al cabo, la democracia se trata de eso, de debatir, ceder y acordar. H

*Portavoz del equipo de gobierno del Ayuntamiento de Castelló