Este artículo se iba a titular Feliz normalidad y trataba de la vuelta al trabajo y al cole, de los madrugones, los platos hipocalóricos y la rutina diaria. En fin, los mimbres de la vida, que tras los extenuantes días navideños tanto deseamos retomar. Ojo: enero es el mes con más infidelidades, además de con más altas en las páginas de contactos y, según parece, todo eso es consecuencia de los excesos navideños, como lo son las dietas o las rebajas. De todo ello pensaba escribir cuando apareció mi hijo de 15 años y me enseñó un corto de Steve Cutts.

Steve Cutts, por si no saben de quién les hablo, es un ilustrador, animador y creativo inglés que, tras trabajar durante años en una importante agencia de publicidad, se estableció por su cuenta. Desde entonces se dedica a denunciar, según él, «las más oscuras verdades del mundo en que nos toca vivir» a través de obras gráficas y cortos de animación llenos de lucidez y humor negro.

Era esperable que tarde o temprano acabara colaborando con otros disidentes lúcidos y cabreados como él, como el compositor estadounidense Moby o Matt Groening, el creador de Los Simpson. Algunas de las comunes «verdades oscuras» de los tres, y su materia prima, son: el consumismo, la pobreza, la corrupción, las tecnologías, los hábitos alimenticios, el capitalismo y Donald Trump.

El corto con el que mi hijo ha destrozado este artículo y me ha dado tanto en lo que pensar se titula Happiness. En cuatro minutos y medio muestra una sociedad habitada por ratas y superpoblada donde la felicidad se ofrece en cada esquina de mil formas distintas para al final revelarse como inalcanzable.

Nos muestra unos individuos preocupados solo por tener cosas que no necesitan, a los que es fácil conducir, en especial cuando se frustran. Remite a las tesis sobre las que Estados Unidos edificó el imperio de la publicidad a gran escala, basándose en la propaganda de la Primera Guerra Mundial: convertir una cultura de las necesidades en otra de los deseos resulta muy beneficioso para los privilegiadas. Engorda las cuentas, la deuda, la autosatisfacción y permite a los dirigentes hacer lo que quieran mientras la gente está ocupada en buscar algo que nunca encuentra. Epicuro ya lo sabía: «Nada es suficiente para quien lo suficiente es poco». Vean Happiness. Es el equivalente para la conciencia de una dieta de 500 calorías. Ideal para estas semanas de enero.

*Escritora