Querido/a lector/a, la justicia esta acorralando a expresidente Zaplana, el del PP, circunstancia que tengo la impresión de que en estas tierras valencianas a nadie extraña. Al fin y al cabo es uno más del PP y, los otros expresidentes del PP, Olivas y Camps, ya han estado y están en el punto de mira de los jueces y de los medios.

Este drama que ha sufrido la Comunitat Valenciana con políticos y presidentes del PP parece que ha cambiado radicalmente con Ximo Puig y el PSOE, pero eso no ha evitado que me acordara de aquel embajador de Francia que, un día, nos invitó a un grupo de valencianos de la francofonía para pedirnos consejo. Por lo explicado tenía empresarios que querían invertir aquí pero por la corrupción no sabía que aconsejarles. Me acordé, también, de aquella mujer, creo que era de Compromís, que al pairo de todas estas vergüenzas y por su carácter sistemático y sistémico solicitó que se ilegalizara al PP. Nada extraño si uno entra en Internet y pone en lista los casos y los cargos del PP relacionados con la corrupción. Hablo de la operación Erial, del caso Tierra Mítica, caso Gürtel, caso Fitur, caso Financiación PP, caso Fórmula 1, caso Fuego, caso Emarsa, caso Imelsa, caso Brugal, caso Pitufeo, caso Noos, del caso Cooperación, caso IVAM, caso Fabra, etc. Hablo también de presidentes de la Generalitat, de presidentes del PP de la Comunitat Valenciana, de consellers, de presidentes de la Diputación, de alcaldes, etc.

Querido/a lector/a, es evidente que la política es necesaria. Claro que sí. Pero tiene enemigos. En este caso me refiero a los que no han mantenido la autonomía política respecto del poder económico, han cambiado la obligación del servicio público por sus intereses personales y han confundido la hegemonía política por la impunidad. En definitiva, y aún me quedo corto, han cometido un alta traición, o felonía, al pueblo valenciano.

*Analista político