A mediados del mes pasado, la música trajo a Benicàssim y durante unos días a casi cuarenta mil personas diarias por el Festival Internacional FIB. Gente joven, chicas y chicos de medio mundo. En Burriana, otro festival como el Arenal Sound, tiene igualmente un tirón espectacular, como se ha comprobado estos días pasados. Tanto en uno como en el otro lugar, las playas han tenido momentos de grandísima animación.

Con el Rototom Sunsplash de estos próximos días, pasará otro tanto, está así previsto, incluso con actividades musicales por las calles. Y es que estos tres festivales, merecen y tienen espacios en las televisiones de medio mundo, en todos los medios informativos en realidad. Trenes y autobuses, ahora aviones que llegan y despegan desde el flamante nuevo Aeropuerto de Castellón-Costa Azahar. Y en la playa, bañadores de nuevo estilo, biquinis insospechados, sueños que se van desvaneciendo en la propia arena, para compensar las horas de atención a los festivales.

También otros puntos de la provincia tienen este verano su atracción musical. El pop, rock y la electrónica musical tienen su esplendor en Benicàssim. Y también, en lo personal, los intérpretes legendarios del pop y del rock, Muse, Disclosure, Chemical Brothers y otros. Pero la provincia podrá presumir desde varios enclaves, el jazz de alto nivel en Peñíscola, que tanto se ha gozado en julio, el joven festival de l’Alcora, con los escenarios de Benlloch y de Vinaròs, también en el pasado julio, este último con su Electrosplash, tan ambicioso ya para años venideros.

Naturalmente, estos importantes festivales de los que hablamos, no impiden que también haya gente que se ilusione con el de Música Sacra en el Desierto, incluso la fiesta de la Ópera, de los Bailes de Salón, la Cita con la Danza en el entorno de la Torre de San Vicente y el recuerdo a las habaneras de cuyo festival hemos hablado --y gozado-- estos días pasados, cuando Lorenzo y yo pensábamos también en que había que encontrar el humo de los barcos. Lo que sí que es digno de destacar siempre es la capacidad de nuestro FIB y su colaboración para festivales de Madrid y de Barcelona, de Zaragoza y de Pamplona, de Bilbao, Murcia o Tenerife, que nos toman como ejemplo. Repasando el pálpito humano de la historia de Benicàssim, y eso lo hemos comprobado mientras construíamos a la orilla del mar nuestras habituales torres de arena, hay que advertir que aquí no solamente la gente ha vibrado con la música espectacular de ritmo y chispazos eléctricos, tan distinta a la música que nos trae el recuerdo del guitarrista Tárrega, que también recibe cada año el homenaje y el recuerdo por sus estancias, él y su mágica guitarra, en varias épocas desde siempre, aunque con gran significado este año por el inesperado fallecimiento repentino de otro gran alumno suyo, como Manolo Babiloni.

En otro orden de cosas, la presencia del espectáculo que protagonizó Raphael, este mes de agosto en Onda, aumenta el interés de los amantes de la música de fiesta. Digan lo que digan. H