El gobierno municipal de Castellón lleva trabajando desde el 2016 en un nuevo modelo de fiscalidad de manera que la carga fiscal se distribuya de acuerdo a criterios de justicia y progresidad fiscal.

En el último pleno, el de octubre, acordamos un paquete de medidas que profundizan en este cambio para equilibrar los distintos impuestos y tasas. Hemos reducido en más de 900 millones el valor catastral de los inmuebles de la ciudad, primera reducción de ese valor desde hace muchos años. Por segundo año consecutivo hemos bajado el tipo aplicable del IBI urbana, también hemos bajado el tipo del IBI rústico, hemos bajado un 7% el impuesto de obras y construcciones, mantenemos la reducción del 50% de la ocupación de vía pública para mesas y sillas y hemos aumentado al máximo legal todas las bonificaciones que nos permite la legislación.

SEGÚN este acuerdo plenario, el Ayuntamiento de Castellón ha aprobado para 2018 la congelación de la tasa de basuras con carácter general y lo hace asumiendo con fondos propios los 675.000 euros de incremento de costes del servicio.

Un coste que entre el 2013 y el 2015 aumentó en 2,6 millones, pero que el anterior gobierno municipal ni asumió con fondos propios ni lo repercutió en el recibo de basuras. De este coste extra, una parte la ha asumido el Ayuntamiento y otra se ha repercutido sobre el 70% de contribuyentes, porque 35.000 viviendas ya han visto congelada en 2017 su tasa por los criterios de progresividad aplicada para beneficiar a las familias con inmuebles de menor valor catastral.

Este es nuestro compromiso por la justicia fiscal, a la que no estamos dispuestos a renunciar.

*Concejal socialista y edil de Gestión Municipal en el Ayuntamiento de Castellón