Querido lector:

Ante la publicación por parte de Mediterráneo de que ya estaban comenzando los trabajos del último tramo del corredor mediterráneo y AVE en la ciudad de Castellón, el Ministerio de Fomento se apresuró a asegurar a través de su órgano gestor ferroviario, Adif, que intentaría por todos los medios no montar otro follón con el tráfico de Cercanías.

Y hete aquí que ayer mismo daba a conocer los nuevos horarios condicionados por esos trabajos, precisamente con la sorpresa de que para minimizar esos efectos en el tráfico ferroviario no se les ha ocurrido otra cosa que ir a lo más fácil. Al recorte. A menoscabar el servicio. A reducir el número de trenes.

Y así, tan panchos, con la excusa añadida de que comienzan horarios de verano y de que en teoría baja el número de usuarios, menos trenes, lo que ya puede adelantarse que el caos de Cercanías, lejos de evitarse, va a volver a aumentar.

Se trata de una solución impresentable. Reducir el servicio de trenes de Cercanías con todos los problemas que el asunto ha generado durante todo un año, no es de recibo. Máxime si tenemos en cuenta de que llueve sobre mojado debido a la pésima gestión realizada por Fomento, tanto con el incumplimiento reiterado de todos los plazos de las obras como en la caótica disposición del servicio de Cercanías que ha afectado a miles de usuarios castellonenses y valencianos.

Uno de los ejemplos de este caos e incumplimientos en la gestión lo tenemos este mismo mes de junio, mes en el que tenía que entrar en vigor la promesa efectuada por Fomento de reducir precios de los billetes. Una promesa que se ha llevado el viento de la falta de seriedad... a no ser que esperen al último día o a comprobar con la llegada de las vacaciones educativas que el número de viajeros baje.

En conclusión, Fomento se ha tomado por el pito del sereno la consideración con los castellonenses en este asunto durante todo un año y por lo que parece va a seguir tomándoselo igual hasta que acaben las obras. Un final impredecible dados los antecedentes.