La solución de los socialistas a todos los problemas siempre ha sido subir los impuestos. Asfixiar a la clase media y ponerle trabas a los empresarios y autónomos, que son los que crean empleo, es su vieja receta y no es una buena idea. Los Presupuestos Generales del Estado del sanchismo son perjudiciales para España, sí, pero también para los castellonenses. Castellón vuelve a ser el patito feo de la Comunitat Valenciana y, además, una de sus infraestructuras clave para frenar la despoblación y mejorar la seguridad ha quedado enterrada. La prolongación del aeropuerto a la A-7 ha sido borrada del mapa.

Tampoco han resuelto el problema de las desaladoras, sumiendo a cinco municipios en la ruina. La desalación se lleva casi 6,9 millones de euros de los que casi la mitad son para la liquidación de la obra de las desaladoras de Orpesa y Moncofa, ni un euro para su amortización.

Estos PGE, que frenarán la recuperación económica y destruirán empleo, también serán recordados por ser los presupuestos que olvidan a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Sánchez solo ha dedicado 100.000 euros a solucionar las deficiencias y construir cuarteles o comisarias de toda la provincia. Así, se queda fuera la nueva comisaría de Vila-real, o tampoco podrán ver la luz cuarteles de la Guardia Civil de Onda, Nules o Almassora.

Los socialistas afirman que solo suben los impuestos a los ricos. ¿Es rico quién conduce un coche diésel? ¿O el autónomo o el pensionista? La realidad, por más que la quieran esconder, es que estas cuentas consolidan privilegios y desigualdades, están negociadas en un vis a vis con los que quieren romper España y tienen como objetivo no la prosperidad del país, sino la prosperidad del bolsillo del presidente, garantizándole unos meses más en la Moncloa.

*Diputada nacional de Ciudadanos por la provincia de Castellón