El coronavirus saca lo peor y lo mejor de todos. Las imágenes que vemos de amenazas por parte de sus propios vecinos al personal que sigue trabajando para garantizar servicios esenciales a la población prueban el peor ejemplo de lo humano. Y, sin embargo, la mayor parte de la sociedad evidencia lo contrario. El caso de Almassora sirve para ilustrarlo.

A la renuncia del 20% en la subvención a Tambors de Passió se suceden también en estos días las de las AMPA de los dos institutos, la de la AMPA del colegio Cardenal Cisneros y la del propio IES Álvaro Falomir. Y ese ejemplo de solidaridad es el que apreciamos en tantas personas que han trasladado su solicitud para convertirse en voluntarias.

Estos días recibimos propuestas para invertir el dinero de las fiestas suspendidas en otros proyectos. Tengo que puntualizar que todo el presupuesto de 2020 se rehará para atender las nuevas prioridades. La proyección que diseñamos a finales del año pasado en nada se parece a los gastos e inversiones que afrontaremos en los próximos meses y en los próximos años.

No debemos quedarnos con el argumento más fácil: el de la partida de Fiestas. Almassora ha suspendido actos culturales, deportivos, medioambientales, juveniles, educativos... Y no es solo a qué destinaremos el dinero, sino a qué lo estamos destinando ya. Hemos recibido alrededor de 140 solicitudes de becas comedor, reservamos 30.000 euros para que dos empresas de Almassora desinfecten cada día nuestras calles, otros 2.000 euros permiten desinfectar los vehículos patrulla y el resto de la flota municipal y hemos encargado a una empresa local que fabrique ya las mamparas para los mostradores de atención al público de forma que, cuando se produzca el desconfinamiento, tanto trabajadores como ciudadanía tengan más seguridad.

Todo ello se suma a la nueva inyección de fondos a Cruz Roja y Cáritas para el reparto de alimentos, la compra y entrega de medicamentos a domicilio, así como un refuerzo de las ayudas a las familias que más lo necesitan. Y para todos son los aplazamientos de tasas e impuestos, además de la confección de dos planes vitales para la economía: el de obras en edificios públicos a cargo de empresas de Almassora y el de comercios para potenciar su competitividad.

*Alcaldesa de Almassora