A lo largo de la historia de la Castellón de la Plana, los acontecimientos más notables tuvieron y siguen tenido como escenario la antigua plaça Vella de la vila medieval, en la actualidad: plaza Mayor. El recinto, presidido desde el siglo XVI por la Torre Campanario y limitado por los edificios de la Concatedral de Santa María, ayuntamiento y Mercado Central, era conocido como plaza del Mercado, por ser el lugar donde tenían lugar las actividades comerciales y de abastecimiento. Su primera denominación oficial se decidió el 19 de marzo de 1813, cuando las autoridades locales de la época acordaron que se llamara plaza de la Constitución. Posteriormente, en la sesión plenaria celebrada el último día del año 1940, la corporación municipal presidida por el alcalde Vicente Traver Tomás, aprobó cambiar su nombre por el de plaza Vieja de España. El 14 de febrero de 1949 se acordó que fuera llamada plaza Mayor.

En la Navidad de 1949 se inauguró el nuevo Mercado Central y se inició la urbanización de la plaza, que incluía nuevo alumbrado y la colocación de una fuente luminosa. Cuando la noche del 25 de diciembre de 1953, el alcalde de la ciudad, siguiendo las instrucciones del ingeniero municipal Francisco Blasco, pulsó el interruptor y se iluminaron los focos de la fuente diseñada por Carlos Buhigas Sans, los vecinos prorrumpieron en una prolongada ovación. Desde aquella fecha, de la que ahora se cumplen 60 años, la fuente luminosa fue testigo de las mayores solemnidades de la ciudad y los castellonenses que acudieron al acto, siguieron recordando durante toda su vida el impacto que les produjo la puesta en marcha de la espectacular fuente luminosa proyectada por el mago de la luz. Trece años después de la inauguración, la Junta Central de las Fiestas encargó al ilustre ingeniero catalán el proyecto de la gaiata de la ciudad y, asimismo, la comisión del sector de la Porta del Sol, presidida por Francisco Mallasén, el boceto y construcción de su innovadora gaiata.

El prestigio del ingeniero Buhigas se forjó en las exposiciones internacionales de París (1937), Lieja (1939), Lisboa (1940), Roma (1953) y Bruselas (1958). Iluminó las cuevas del Drac de Mallorca y la plaza del Mar de Alicante, aunque sus obras más relevantes pueden admirarse en Barcelona. Su Fuente Mágica de Montjuic, creada con motivo de la Exposición Universal de Barcelona en 1929, sigue siendo uno de los mayores atractivos de la Ciudad Condal. En cuanto a nuestra modesta fuente luminosa de la plaza Mayor, tras 60 años de su puesta en servicio, continúa luciendo en el centro de su privilegiado enclave. H

*Escritor