Familias de l’Alcora han recurrido esta semana al alcalde de l’Alcora para que en su calidad de diputado autonómico interceda ante su conseller de Educación, Vicent Marzà, para ampliar las plazas de los dos centros concertados que el Consell ha recortado este año. Víctor Garcia ha dejado claro a las familias de nuestra población que su labor no está en l’Alcora, su trabajo está en Valencia. Allí es donde apoya sin condiciones la cruzada que su partido lidera contra la educación concertada, porque esa es, efectivamente, su única prioridad. Sus vecinos han pasado a un segundo plano.

La libertad con la que durante años las familias han elegido el centro donde escolarizar a sus hijos ha dejado de existir a manos de una izquierda que impone su criterio. El mismo que el alcalde de Compromís defiende a capa y espada para justificar la reducción de plazas escolares en La Consolación y La Salle.

Con la cabeza en Valencia, en Les Corts, l’Alcora se ha quedado huérfana de alcalde y quien aspira a convertirse en sustituto, el socialista Samuel Falomir, hace sus prácticas en el sótano del consistorio, donde parece sentirse más cómodo. Será que ahora le da miedo enfrentarse a las personas, aquellas a las que la izquierda iba a rescatar con una nueva política que un año después ha engañado a la población. Hoy prefieren invertir los fondos públicos en autobombo. El que la Junta Electoral les ha prohibido que ejerzan. H

*Concejala del PP en l’Alcora