Cuando un gobierno toma el mando de un Ayuntamiento, una comunidad o del Estado, todo lo que se espera es que gestione. Gestionar es la clave y es la diferencia entre la eficacia y la ineficacia. Gobernar es una cosa, gestionar es otra. Para lo primero sirve cualquiera, para lo segundo, además de saber, hay que querer.

El Consell de Puig es incapaz en la gestión por desconocimiento y por falta de ganas. La zona de confort permanente de Puig está en reivindicar a extraños y a ajenos cualquier cuestión para tapar la ineficacia en su gestión. Cuando los valencianos dicen que el Consell de Puig no fa res, es precisamente por no gestionar.

A los valencianos Puig y Oltra les pueden engañar un tiempo, pero no a todos los valencianos todo el tiempo. El engaño de Puig a los valencianos reside en el arte de aparentar hacer algo cuando no se hace nada, y cuando se descubre esa situación entonces se busca alguien externo a quien culpar.

Hasta la fecha el Consell de Puig, con hablarnos del renacer de la Comunitat y que iban al rescate de las personas, creía que tenía suficiente. Dos años después no solo no es suficiente sino que se ha demostrado ineficaz. Ahora se busca el culpable llamado Estado y así se centrifuga la atención para no hablar de lo propio, para no hablar de la gestión de Puig. Para desgracia de Puig, Oltra, Montón y un largo etc de miembros del Consell incapaces de gestionar algo, el Sindic de Comptes de la Comunitat, ha presentado el informe del primer año completo de Puig y Oltra en la Generalitat. El 2016, según el Síndic de Comptes, fue el año de los fraccionamientos de contratos, facturas en el cajón, y pago de facturas sin procedimiento saltándose la ley de contratos. En lenguaje de la consellera Montón, fue el año de los pufos con letras mayúsculas.

Hasta la fecha, Puig había demostrado no fer res, es decir, incapacidad en la gestión. Ahora, tras el informe del Síndic, la gestión es un caos y vulnera la ley en muchos aspectos. Casi dos mil millones en facturas en el cajón, realización de contratos menores sin justificación, fraccionamiento de contratos para vulnerar la ley de contratos, miles de facturas sanitarias sin consignación presupuestaria, el sector público sin control (de forma gravísima el Consorcio Hospital Provincial de Castellón y el de Valencia) y mientras todo eso pasa, ni una sola medida y el mal de todo lo tiene Rajoy. Menuda forma de dar la espantada de la gestión y la callada por respuesta.

A los valencianos ya no les vale la búsqueda de culpables ajenos al Consell, los valenciano se preguntan para que les sirve un Consell si no fa res. Puig está amortizado como president e interino desde que entró. No ha aportado nada más que la propaganda, el aumento de sueldos propios, y hacer más grande la administración con empresas que devoran el presupuesto mientras las personas y sus derechos tienen que esperar. La gestión es la clave, y ni Puig ni Oltra sirven para eso.

*Diputado autonómico del PP