Teresa Aznar, experta en menopausia por la AEEM (Asociación Española Estudio Menopausia), especialista en Ginecología estética, ginecología regenerativa y funcional por la Universidad autónoma de Barcelona y miembro del comité científico de la AEEM, ha publicado un artículo en Mediterráneo en el que avanza las principales innovaciones en salud vaginal.

A continuación reproducimos de forma íntegra este artículo:

"Mantener la salud vaginal tiene que ser el objetivo de cualquier ginecólogo. Y hay que tener en cuenta que, a pesar de la elevada prevalencia de la atrofia vulvo-vaginal, tan solo la cuarta parte de las mujeres consultan por ello.

La deshidroepiandrosterona (DHEA) es un esteroide precursor de estrógenos y andrógenos. Los niveles máximos de DHEA en sangre se alcanzan entre los 20 y 30 años y se produce un descenso acusado de su producción en la sexta década de la vida. Después de la menopausia, la única fuente de esteroides (estrógenos y andrógenos) procede de la DHEA, que disminuye con la edad. La suplementación con DHEA ejerce una acción novedosa pues aumenta los niveles locales de estrógeno y andrógeno en lugares como la vagina, con capacidad enzimática para convertirla y, por lo tanto, ayudar a mejorar los síntomas de atrofia vulvovaginal, con ausencia de efecto sistémico.

En abril se lanza al mercado DHEA intravaginal, Prasterona. Se trata de un tratamiento único, completamente novedoso, sin otros similares en el mercado, indicado para la sequedad y atrofia vulvovaginal que ejerce acciones intracrinas locales (capacidad de regular la producción de esteroides sexuales sin afectar a otros tejidos lejanos), con una acción doble: estrogénica y androgénica. Tiene múltiples ventajas: ausencia de efecto sistémico, disminución del PH vaginal, regeneración de las tres capas de la vagina, mejora de la respuesta sexual (a diferencia de los preparados existentes actualmente) puesto que los estrógenos y andrógenos desarrollan un papel complementario en la salud vaginal y ello permite que el medicamento actúe a nivel de las tres capas de la pared vaginal, proporcionando así una terapia mucho más fisiológica.

Uno de los puntos de seguridad más importantes es que la Prasterona intravaginal mantiene las concentraciones de esteroides sexuales y sus metabolitos dentro de los valores postmenopausicos normales, por lo que es un tratamiento seguro.

La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) apoya el tratamiento con Prasterona. En Estados Unidos no existe ningún tipo de warning en el prospecto, ello avala la gran seguridad de la medicación. Además se dispone de amplios estudios fase III sobre la eficacia de la Prasterona (DHEA) en mujeres con atrofia vulvo-vaginal.

La disfunción sexual propia de la menopausia es la producida por la atrofia vaginal, ello es causante de dolor con las relaciones sexuales. La Prasterona ha demostrado, además, tener un claro efecto sobre la función sexual, mejorando aspectos como el aumento del deseo sexual (+49%), excitación (+56%), lubricación (+36,1%), orgasmo (+33%), satisfacción (+48,3%), dolor (-39%)... derivado de su efecto androgénico local".