Querido/a lector/a, a primera vista, sin entrar en hacer cálculos ni medir dificultades, que las hay, es más que evidente que en estos momentos y en España hace falta un Gobierno estable, de izquierdas (o cosa parecida) y que tenga clara preocupación social porque así lo reclaman las necesidades del país.

Señalo que es imprescindible un nuevo contrato social que aborde desde las soluciones y como prioridades, la vergonzosa desigualdad y la intolerable precarización del trabajo. Circunstancias que también me obligan a pensar que se deberían derogar los aspectos lesivos de la vieja reforma laboral y, a la vez, que se empiece a reconocer que asumir los retos del Estado Social de futuro, de la transición ecológica, de la digitalización, etc., son tareas que no se pueden construir manteniendo una presión fiscal ocho puntos por debajo de la UE. O peor aún, tareas que no se podrán asumir con unas políticas económicas que, como ahora, permiten que una pequeñísima porción de ciudadanos se lleven la gran parte de la riqueza que se crea, mientras que, por ejemplo, no hay consenso en algo tan básico y necesario como el Pacto de Toledo. Al tiempo, claro, esa posibilidad reclama un acuerdo de legislatura con todo lo que suene a progreso o modernidad y un diálogo abierto con sindicatos y empresarios. Ese sería, más o menos, el objetivo esencial. No será fácil pero es necesario y urgente.

Mientras tanto, ese nuevo Gobierno debería, sin espera, hacer posible que se aplique correctamente la subida del salario mínimo interprofesional. Parece ser que solo afecta a 1.213.000 trabajadores (el 7%) y en consecuencia denuncia que aún existen centenares de miles de trabajadores con salarios de 1.100 y 1.200 euros que no se les aplica correctamente la subida. Querido/a lector/a, Gobierno con preocupación social que afronte los retos del futuro y, aún siendo de todos, priorice a la mayoría, el bien común.

*Analista político