Hay frases que quedan para la historia y pasado el tiempo siguen teniendo vigencia. Situémonos en el año 1992 cuando George Bush padre y Bill Clinton luchaban en las urnas por llegar a La Casa Blanca. Con Bush como favorito en las apuestas, un asesor de Clinton, James Carville, puso de moda la frase «Es la economía, estúpido», para revelar que Bush se concentraba en los éxitos de la política exterior pero olvidaba los problemas cotidianos de los ciudadanos y dejaba en desuso los instrumentos de reactivación económica.

Si la economía funciona, lo demás es más fácil. Y así lo sabemos quienes nos dedicamos a la esfera pública. La Generalitat bajo el mandato de Ximo Puig, Mónica Oltra y el marcaje estrecho de Podemos, no ha entendido nada y vive de espaldas a la realidad. La parálisis en la gestión es tremenda y si no que se lo pregunten a los ciudadanos de Castellón donde las inversiones autonómicas son paupérrimas y la situación se agrava por la falta de ejecución presupuestaria que retrata la incapacidad del actual Consell.

Y si la falta de soluciones del Ejecutivo autonómico es llamativa, aún lo es más su facilidad para crear nuevos problemas. En este punto hay que enmarcar la petición de Compromís y Podemos de implantar una tasa turística que el PSPV medita aplicar o no. Como políticos tenemos la obligación de sondear a los actores sociales, en este caso, a los representantes del sector turístico. Puedo concluir después de varias reuniones en Alicante, Valencia y Castellón que nadie está a favor de esa tasa.

La opinión generalizada entre los expertos es que es una «barbaridad». Provocaría un enorme daño a un sector que supone el 13% del PIB regional y que recauda en tributos directos 3.000 millones de euros que se destinan a sanidad, educación e infraestructuras. Todo ello estaría en riesgo de sufrir un retroceso por una decisión caprichosa y gratuita. Quienes se amparan en que la tasa funciona ya en Cataluña y Baleares desconocen que el turismo en la Comunitat tiene un componente nacional mucho más elevado y, por lo tanto, sujeto a los efectos de la crisis económica que en otros países se ha superado con antelación.

El propio Consejo de Turismo está en contra de aplicar esta tasa y habrá que ver si Puig, como ha pasado en las políticas educativas de corte nacionalista, sigue prisionero de sus socios de gobierno penalizando a los valencianos.

*Presidenta del Partido Popular de la Comunitat Valenciana