La entrada de Castellón en la fase 2 no solo ha supuesto recuperar, aunque con menos impacto del esperado, las playas, sino que la apertura de los grandes comercios ha implicado la vuelta al trabajo de 2.500 personas en la provincia y 20.000 en la Comunitat, trabajadores que han salido progresivamente de los ERTE para preparar una jornada, la de ayer, en la que los centros comerciales registraron ya una importante afluencia de público; eso sí, con una estricta normativa de seguridad sanitaria que, en general, se cumplió sin mayores dificultades.

Queda claro que el territorio está todavía en un proceso inicial de desescalada, por lo que la prudencia resulta imprescindible para evitar que se den pasos atrás y la actividad económica pueda resurgir al ritmo más ágil que sea posible. La vuelta de los grandes se suma al esfuerzo hecho en las últimas semanas, muchas, por los más pequeños, desde las panaderías hasta los quioscos, pasando por las tiendas de alimentación.

A partir de ahora, jugarán un papel estratégico las medidas que se adopten desde las distintas administraciones públicas para apoyar ese esfuerzo privado. Las empresas tienen claras sus peticiones y la pelota está en el tejado de lo público. La reunión, ayer, del president Ximo Puig con alcaldes como la primera edila de Castelló, Amparo Marco, y los presidentes de las diputaciones, con el de Castellón, José Martí, entre ellos, abre el camino de la coordinación a pie de territorio para lograr el objetivo común de minimizar los efectos de la grave crisis generada por la pandemia del covid-19. Las doce mesas de trabajo que se habilitarán para la reconstrucción de la Comunitat tienen el gran reto de diseñar acciones realistas y eficientes.