España comenzará el año político en una situación inédita: sin un Ejecutivo plenamente operativo, con la amenaza de unas nuevas elecciones en el horizonte, con Presupuestos que podrían prorrogarse por segundo año consecutivo y con el independentismo catalán llamando a la confrontación directa con el Estado. Nuestro país afrontará también los grandes desafíos internacionales, entre los que sobresalen el riesgo de un brexit caótico y las tensiones entre EEUU y China.

El inicio de un nuevo curso político y económico nunca es fácil, pero España afronta este año un otoño plagado de desafíos y amenazas, tanto internas como externas. Y lo hace en las peores condiciones posibles: con un Gobierno interino, sin capacidad de maniobra política ni económica, con un Parlamento más polarizado que nunca y en un entorno de creciente desaceleración que amenaza con desembocar en una nueva recesión global. España encara uno de los inicios políticos más difíciles de los últimos años, con un interrogante mayúsculo aún por despejar y de cuya resolución dependerá en gran medida la capacidad de respuesta a la borrasca que se avecina: ¿Fructificará, si lo hay, un nuevo intento de investidura o el país se verá abocado a la repetición de elecciones?

La incertidumbre política es, pues, el primer y mayor reto al que se enfrenta España en la recta final del ejercicio. Tras la investidura fallida de Pedro Sánchez, el contador avanza hacia los que podrían ser los cuartos comicios generales en cuatro años, salvo que se logre superar el atasco y conformar nuevo Gobierno antes del 23 de septiembre. ¿Hay que decir algo más para reflexionar y actuar? Pues manos a la obra.

*Secretaría del Área de Políticas Sociales y LGTBI del PSPV