A pesar de la necesaria atención a los parámetros cualitativos, debemos reconocer nuestra tendencia a los números, a las cifras. Una pregunta recurrente que debo haber respondido cientos de miles de veces, tiene siempre que ver con el cambio poblacional de Peñíscola entre estaciones. En invierno, con menos de 8.000 empadronados, contamos con una población sostenida de alrededor de 20.000; en pleno verano, superamos los 120.000.

Superar este gap entre población de derecho y población de hecho no es nada fácil, volviendo a los número, la financiación municipal se basa en la cifra de empadronados, así que en este caso los números tienen mucho, mucho que ver con la capacidad de dar respuesta a las necesidades de todos.

En meses como julio o agosto, Peñíscola aloja y registra actividad como cualquier ciudad de más de 100.000 habitantes. Estar a la altura de las circunstancias, con los años que Peñíscola lleva siendo destino turístico, es cada vez menos difícil pero en los momentos en los que sucede lo inesperado, en esos momentos es cuando se demuestra si una ciudad es grande, grande, no solo por su capacidad de acoger.

Hacer frente a emergencias o situaciones singulares requiere de profesionalidad, de preparación, de capacidad de coordinación y de experiencia, algo que no falta a nuestros servicios municipales. Tenemos los mejores socorristas, los mejores servicios sanitarios, la mejor Policía Local, el mejor equipo de informadores turísticos y el mejor tejido empresarial. Los mejores. Porque se dejan la piel aun cuando los recursos no son los que queremos todos. Eso, la entrega, la generosidad, el empeño y la dedicación no son cifras, no son números, pero son lo que marca la diferencia entre quienes trabajan por un destino turístico grande, desde el corazón. Como alcalde no puedo sentirme más orgulloso de vosotros. Gracias.

*Alcalde de Peñíscola