Durante los últimos años, el Barrio de la Guinea, junto al Estado Castalia, ha ocupado varias veces titulares en medios de comunicación estatales porque, según la sociedad de tasación Tecnitasa, era el barrio más barato de España para comprar casas, 363 euros el metro cuadrado, en comparación con los 10.900 €/m2 de la calle Serrano de Madrid, el barrio más caro: 30 veces más barato.

Un barrio obrero y multicultural que durante décadas no captó ninguna atención de las instituciones públicas, más preocupadas en echarle carbón al urbanismo de pelotazo y de crecimiento descontrolado de las ciudades, mientras se olvidaba de la conservación de sus barrios residenciales tradicionales y provocaba la desocupación de viviendas ya edificadas. La legislatura pasada, el Acord del Grau (y en concreto la concejalía de Urbanismo que dirige también en este mandato Rafa Simó) situó la Guinea como el barrio prioritario a regenerar. Y la semana pasada, junto al Vicepresidente de la Generalitat Valenciana, Rubén Martínez Dalmau, celebramos que la propuesta de rehabilitación de la Guinea ha recibido una subvención de 1,7 millones de euros del Plan Estatal de Vivienda y ha sido el proyecto mejor puntuado de los cuatro aprobados en la Comunitat Valenciana.

Ahora tenemos por delante una oportunidad enorme (y un reto también enorme) para transformar en tres años uno de los barrios más humildes de Castelló. Además de mejorar la accesibilidad y avanzar en una movilidad pensada en los peatones, el ARRU de Castalia es también una oportunidad para materializar el significado de la transición ecológica en una transformación cotidiana: apostar por las energías renovables, por la arquitectura bioclimática, por la eficiencia energética e implicar al vecindario en una gestión más responsable de la energía y los recursos.

Durante los próximos años nos toca demostrar, junto a todas las personas del barrio, que tenemos la capacidad de desarrollar un urbanismo y un proyecto de ciudad distinto, que no especula, que ni gentrifica ni desplaza a las familias más humildes de sus barrios tradicionales, que consume menos y que mejora la vida de la gente. Si logramos que la transición urbanística y ecológica de la Guinea sea un éxito, será la mejor brújula para orientar cuál debe ser el horizonte de un Castellón más verde y sostenible.

*Secretari General de Podem-EUPV