Se han cumplido 40 años de democracia local y aún no hemos sido capaces de resolver las carencias de nuestro sistema de financiación. Los ayuntamientos son la primera puerta a la que llaman los vecinos y vecinas cuando tienen problemas. La ciudadanía siempre demanda una solución a las administraciones locales porque son las más cercanas. Además, en los últimos años hemos comprobado cómo los ayuntamientos asumen cada vez más competencias sin financiación complementaria, y se ven obligados a hacer frente a una exigencia creciente sin el músculo necesario.

Por ello, es primordial poner en la agenda política el debate de la financiación local. Así se lo trasladé en persona esta semana a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, en un acto en València. Mucho se ha hablado de la financiación autonómica, pero tan perentorio es abordar este problema como el de la financiación local. Son debates complementarios que no pueden seguir posponiéndose.

En este sentido, asumo la declaración al XII Pleno de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) que urge a impulsar un compromiso de reforma de la financiación local y hace un llamamiento a entidades locales, partidos políticos, Gobierno de España y gobiernos autonómicos para llevar adelante una reforma de las haciendas locales que permitan a los ayuntamientos la entidad, el protagonismo, las competencias y los medios para prestar mejores servicios a la ciudadanía en su condición de administración de proximidad.

Por lo tanto, propondré al pleno del Ayuntamiento de Castelló esta declaración que persigue mejorar la financiación y la gestión económica de nuestro consistorio, la eliminación de las limitaciones existentes al destino del superávit local y las rigideces de la regla de gasto, y el saneamiento de la situación de municipios en riesgo financiero.

Actualmente, uno de los mayores retos a los que nos enfrentamos es alcanzar un sistema estable y duradero que aborde las fuentes de financiación local, como los tributos propios y la participación en los ingresos del Estado y de las comunidades autónomas, así como la responsabilidad en la gestión y la rendición de cuentas. En este mismo sentido, la implicación de las diferentes comunidades autónomas es imprescindible en la provisión financiera a los gobiernos locales.

Por otra parte, desde la entrada en vigor de la Ley de Estabilidad Presupuestaria, los ayuntamientos han acumulado superávits presupuestarios desde 2012, que no son consecuencia de un exceso de financiación, sino del cumplimiento de las reglas de estabilidad fijadas en la normativa. Una regulación que limita la autonomía de los ayuntamientos que, como el de Castelló, tienen las cuentas saneadas para poder destinar esos recursos a políticas de gasto necesarias para los municipios.

En definitiva, se trata de poner sobre la mesa una hoja de ruta sobre la administración local, que es, a fin de cuentas, la que proporciona la respuesta más inmediata a los problemas de vecinos y vecinas. Abordar la reforma de la financiación local debe ser prioritario si de verdad creemos en el papel crucial que desempeñan todos los ayuntamientos en el bienestar de la ciudadanía.

*Alcaldesa de Castelló