Querido/a lector/a, entro un día cualquiera en la prensa y el alma me cae a los pies. Lo que leo me duele. Me indica que el futuro aún esta lejos de la razón, la justicia y el bien común.

Digo que en las páginas de internacional Trump , cuestionando la legitimidad de las próximas elecciones, anuncia que si pierde, todo acabará en manos de los jueces que él ha nombrado en el Tribunal Supremo. Detalle que afecta a la historia de unos EEUU que llevan más de 200 años confiando en sus instituciones y cambiando de gobierno de forma respetuosa.

Pero, no todo acaba ahí, en las páginas de la UE, el populista Orban de Hungría ( amigo de la Le Pen, Abascal ... y de parte del PP...) y sus reaccionarios aliados, enemigos ellos de la UE, rechazan un plan migratorio que, por desgracia, aún pone más el acento en el blindaje de fronteras y la agilización de las expulsiones que en el control y armonización de los flujos con la necesidad de la solidaridad, el codesarrollo y la integración social.

En última instancia, y en las páginas de España, los conservadores y los de más allá, quienes afectando al orden constitucional se niegan a renovar el gobierno del poder judicial por intereses bastardos, aparecen cabreados (por la ausencia del Rey en Barcelona) y quieren dar la sensación de que son patriotas constitucionalistas.

Querido/a lector/a, es evidente que no exijo, ahora y aquí, el ideal de la Revolución Francesa, aquello de libertad, igualdad y fraternidad. Sé que es un objetivo que reclama la razón pero aún está lejos de su realización. Solo denunció un momento político en el que a pesar de que algunos insensatos, no todos, intentan destruir la necesidad de confiar en alguien, es necesario sobrevivir a esos malos representantes y gobernantes y mantener la esperanza. Aunque, para ello, la indignación no es suficiente, hace falta el compromiso. H

*Analista político