Miguel Hernández enfermó en la prisión de Alicante. Padeció primero bronquitis y luego tifus, que se le complicó con tuberculosis. Murió en la enfermería de la prisión alicantina a las 5.32 de la mañana del 28 de marzo de 1942, con 31 años.

Sobre él se escribió: «Terminada la guerra civil española, el poeta y dramaturgo regresó a Orihuela, su pueblo natal, donde fue detenido. Condenado a muerte, luego se le conmutó la pena por la de cadena perpetua. Después de pasar por varias prisiones, murió en el penal de Alicante víctima de un proceso tuberculoso; de esta forma se truncó una de las trayectorias más prometedoras de las letras españolas del siglo XX».

Pero suelen destacarse sobre todo los valores literarios y obviarse u olvidarse su compromiso político y social, sus denuncias contra los abusos de poder, sus escritos contra la explotación de los más débiles o su militancia. Ese compromiso sí fue puesto de manifiesto en los ámbitos del exilio español por todo el mundo. Por ejemplo, España Popular, periódico editado en México, se ocupaba de su muerte en el artículo titulado Otra víctima del franquismo: El gran poeta español Miguel Hernández.

Se decía que era un hombre muy dotado para la creación poética, pero también que era un «hijo leal del pueblo español». Al comenzar la guerra, se puso al servicio de la causa republicana y Franco no perdonaba ni ser soldado de la cultura ni de las armas antifascistas. Por defender a España fue condenado a muerte y luego le fue conmutada la pena. La publicación del exilio citaba: «Hernández Ha muerto lenta, conscientemente, sabiendo morir con el corazón entero y el pensamiento puesto en la salvación de España».

*Secretaría Área de Políticas Sociales y LGTBI PSPV-PSOE Castellón