Rabia e impotencia. Por Iván, que sigue en una UCI; por los 200 agentes heridos y por todos los profesionales de seguridad desplazados a Cataluña durante los altercados. Héroes anónimos que defendieron la libertad, el orden y la ley frente a la sinrazón.

Las escenas de ataques contra las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad son bochornosas. Nunca en democracia se ha usado a los agentes de la autoridad como escudos humanos, sin apenas medios, contra una marabunta de radicales alentada por un presidente autonómico, Quim Torra.

Soy hija de Policía Nacional. Lo digo con orgullo, consciente de que mi padre se ha jugado su vida por cumplir con su deber, preservar la ley y proteger a las personas honradas. Ha prestado servicio en el País Vasco, cuando ETA acumulaba cadávere. Mi madre sabe el miedo que se siente de no volver a verlo más.

Las calles de Cataluña recuerdan mucho a aquello. Era Kale borroka: grupos organizados con una ira desbocada agrediendo a los agentes.

La Policía Nacional y la Guardia Civil son dos instituciones valoradas y respetadas. Pero Pedro Sánchez, en un nuevo ejercicio de funambulismo político, por pura estrategia electoral, los dejó solos en la calle. Normalidad no es que haya ciudades bloqueadas. Ni que ardan las calles. Ni impedir el paso a una embarazada o matar a pedradas a los agentes.

No estáis solos. Miles de personas les han mostrado ya su apoyo. El PP llevará una iniciativa al próximo pleno de Castellón ensalzando su labor. Gracias por defendernos, por no desistir, por estar siempre ahí. Que nunca más vuelva a ocurrir. Y a Iván le deseo que pronto pueda volver a reunirse con su familia.

Va por ti papá.

*Portavoz del Grupo Popular en el Ayuntamiento de Castellón