La historia la escriben los vencedores. Y no me refiero a las grandes batallas de la historia universal, que también. Me refiero a los héroes anónimos que dedicaron su vida a un ideal, a romper un molde, a luchar contra la losa impuesta por lo cotidiano. En esto la historia ha sido especialmente pertinaz con las mujeres a las que la visión machista y patriarcal ha conseguido ningunear, sepultar bajo una hojarasca de olvido cuando no presentar una visión sesgada.

Hay ejemplos reveladores, como la filósofa y escritora inglesa Mary Wollstonecraft que pese a la importancia de su obra y aportación ha pasado a la historia como la madre de Mary Shelley, autora de Frankestein, o la propia Zenobia Camprubí que solo es recordada por ser esposa de Juan Ramón Jiménez. Al final, la única forma de sobrevivir al tiempo es la memoria. En nuestra provincia tenemos 135 memorias que recordar de forma permanente porque, cada uno de nuestros municipios tienen su voz propia, su alma singular.

El gobierno provincial no se limita a ser una administración que reparte ayudas como tampoco la abnegada Camprubí se limitó a acompañar en la vida a Juan Ramón. Limitar la visión solo lleva a errores.

Castellón no solo es el mejor sitio del mundo para vivir, es una amalgama de sensaciones singulares pero unidas por un territorio.

La Diputación funciona como un vaso comunicante de igualdad para vertebrar el territorio. Es como el latido que inyecta vida en la mayoría de los municipios pequeños asumiendo sus trámites, suministrando agua, conservando nuestro territorio, recuperando el patrimonio, apostando por la calidad de vida.

Hay una corriente que trata de reducir el debate cuando, lo único que está en juego, es la supervivencia de las pequeñas poblaciones de Castellón. Desde el Salto de la Novia, l’Arquer de la Valltorta, las gaiatas o el santuario de la Balma. Nuestra provincia cuenta con una singularidad añadida: el 20% de los ciudadanos de la provincia viven entre el 80% del territorio. Como firme defensor del liberalismo tengo claro cuál es la prioridad: me importa más que se garanticen las mismas condiciones de salida para todos los ciudadanos que el tipo de administración que permite que esta igualdad sea real.

Lo único a lo que hay que oponerse es a que la historia de la provincia quede enterrada bajo un manto de olvido. Nuestra historia va desde el crujir de la corteza de una hogaza hasta los olivos milenarios.

Mientras haya gente dispuesta a seguir, nosotros seguiremos rescatando el pasado para tener futuro. H

*Presidente de la Diputación Provincial de Castellón