Llevamos ya más de un mes de verano, y antes de que nos demos cuenta estaremos ya como quién dice volviendo al cole, y con el fin del verano, habrá finalizado también la temporada turística del 2019 en nuestra costa, temporada que es tremendamente estacional y que prácticamente se centra en el periodo que va de junio a septiembre, empleando a unos 25.000 trabajadores.

El caso es que, lectora o lector, es ya el sexto verano que transcurre sin convenio provincial de hostelería en Castellón, cuya vigencia finalizó en octubre del 2013 (aunque la última actualización salarial fue en 2011), y que empresarios y sindicatos nos habíamos emplazado a negociar este año 2019, como este diario recogió en su momento, abriéndose de hecho la mesa negociadora el pasado mes de mayo con la intención de cambiar propuestas en junio y poner una nueva fecha para la siguiente reunión de la mesa negociadora.

En el intercambio de propuestas, patronal y sindicatos partimos de posiciones totalmente opuestas: mientras que los representantes de los trabajadores queremos partir del convenio existente para actualizarlo con los temas que han ido apareciendo en estos ocho años transcurridos desde el 2011 (protección de las trabajadoras, porque son mayormente mujeres en categorías como las camareras de piso, en la externalización de actividades, o registro de jornada), los representantes de las empresas plantean comenzar desde cero, haciendo borrón y cuenta nueva de los derechos laborales conseguidos anteriormente, como si estos hubieran sido para ellos un mal sueño del que finalmente han despertado.

Por otros lados, estos últimos días han sido constantes las declaraciones de empresarios del sector turístico lamentando que no encuentran trabajadores para su sector a pesar de las campañas que emprenden para ello, y es que existe efectivamente dificultad de competir con otros sectores como industria o construcción que actualmente resultan para los trabajadores más atractivos al poseer unas condiciones laborales más beneficiosas, ya que en cuanto tienen ocasión los profesionales quemados del sector van a huir a otros con perspectivas más halagüeñas, o si se mantienen en el sector se desplazan a otras provincias donde las condiciones laborales son más favorables gracias a que tienen convenios de hostelería vigentes.

Y ES QUE DESDE UGT, cuando emprendemos cualquier negociación lo hacemos exigiendo salarios justos y mejores condiciones sociales, porque la negociación colectiva es una herramienta básica que no sólo beneficia a los trabajadores sino también al resto de la sociedad, ya que sus resultados permiten la transferencia del excedente de las actividades a los trabajadores vía salarios, pero con los impuestos a ellos asociados (IRPF e IVA) y sus cotizaciones sociales a la sociedad en la que están implantadas.

Y quién sabe, tal vez sea, por fin, el verano del 2020 cuando las empresas entiendan que sólo apostando por mejorar las condiciones de los trabajadores a través de un nuevo convenio de hostelería para la provincia de Castellón toda la sociedad resultamos favorecidos.

*Secretario Territorial de FeSMC UGT Comarques del Nord