Querido lector/a, durante las primarias del PSOE, estoy acumulando historias de toda índole. Se trata de comentarios y vivencias que más allá del bando o sensibilidad al que cada uno dice pertenecer, responden a las esperanzas y miserias que van unidas a la condición humana en el marco de un mundo europeo que, por desgracia y desde hace años, le es adverso al ser humano y a sus ansias de empleo, bien común, justicia social… etc. No me paro, pues, a opinar sobre esas historias de buenos y malos que invaden nuestras vidas y que, muchas veces, surgen más de nuestras propias necesidades que de la realidad.

A mí lo que me interesa, lo que veo que ya me dicen estas primarias, incluso sin esperar al resultado final, a la victoria de Susana o de Pedro --sinceramente, no creo que Patxi López consiga cifras para ser alternativa-- es que no van a ser igual a las anteriores. O dicho de otra forma, nada va a ser igual en el PSOE. Y lo digo porque las plataformas de Pedro Sánchez, frente a las plataformas que siempre han existido en todos los partidos, las de la dirección, las de quienes tienen el poder de decidir, han sido las auténticas movilizadoras del partido, las que han incorporado a la militancia al proceso. Incluso, aunque no ganen, han servido para que los afiliados, los amigos del PSOE, la peña sociata, sea más libre, atrevida, organizada, con más criterio, etc. Tanto es así que, por lo que observo, en caso de que obtengan una representación digna, tengo la impresión de que sabrán administrar en el futuro la fuerza que representan. Ello supone tener organización permanente, propuesta y actuar en común. Algo que les puede transformar en el punto de referencia de la izquierda dentro del PSOE. Así es que no se quién va a ganar, pero imagino que nada va a ser igual. Y es que por ahí van los tiros de la evolución de la socialdemocracia, si quiere ser o existir. En todo caso, el tiempo será testigo.

*Experto en extranjería