Hace apenas un mes volvían al cole los más pequeños y los adolescentes con dudas, miedos y mucha incertidumbre entre padres y profesores. La semana pasada hacía lo propio y abría sus puertas la UJI en Castellón. Afortunadamente, por el protocolo desarrollado en las universidades, y pese a la incompetencia del desaparecido Manuel Castells , estamos preparados. Y lo digo con conocimiento de causa, como docente de la UJI, he sido testigo del esfuerzo para que todo salga bien.

Con una docencia semipresencial, limitando el aforo en los espacios, una ratio más reducida este año y mucha ilusión saldremos reforzados de este curso atípico. Las aulas y la vida volverá a los pasillos de la universidad y eso ya es un triunfo. No será lo mismo. Los jueves universitarios, las graduaciones o los trabajos en grupo en las cabinas de la biblioteca tendrán que esperar, pero al menos hemos vuelto.

La realidad es que la universidad valenciana no ha parado de invertir para ser un referente internacional, todo lo que no han hecho, por cierto, nuestros gobernantes. Los investigadores están cansados de esperar a que el Ministerio de Hacienda desbloquee la cesión de la tasa de reposición de las plazas para que el profesorado acreditado pueda promocionar. Lo mismo pasa a nivel autonómico, donde la universidad lleva décadas reivindicando una mayor financiación. La consellera dice estar por la labor, pero entre mesa de expertos y propaganda política, ya ha pasado un año y las universidades no han visto incrementado ni un euro más.

Finalmente, no me quiero olvidar de la necesidad de contar con unos Cercanías dignos y seguros ya que son el único medio de muchos alumnos. Bienvenidos y feliz curso 2020-2021. H

*Diputada autonómica de Ciudadnos por Castellón