Castellón vuelve a ser un destino atractivo para la inmigración. O, al menos, lo era hasta que llegó la pandemia del coronavirus. Durante el segundo semestre del 2019, la provincia ganó 1.996 habitantes, hasta situarse en un total de 574.900. Y todo ese aumento se debe en exclusiva a que los extranjeros volvieron a venir con fuerza, alentados por la recuperación de empleo. Ese es el único motivo que explica por qué Castellón pertenece al exclusivo club de provincias españolas que continúan ganando habitantes. No hay otra explicación: los españoles se siguen marchando, aunque no al mismo ritmo que antes de la recuperación, y cada vez nacen menos niños y se registran más muertes.

Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) revelan que durante los últimos seis meses del 2019, Castellón ganó nada menos que 1.667 ciudadanos procedentes de Sudamérica, fundamentalmente de Venezuela pero también de Colombia o Perú. La situación política y económica por la que hace años atraviesa Venezuela están detrás del fortísimo aumento de la presencia de familias de ese país en la provincia. Pero también aumenta la presencia de extranjeros procedentes de África o Asia. Unas familias que un día emprendieron un viaje buscando un futuro mejor, aunque al poco de llegar les sorprendió la crisis del coronavirus. Y muchas de ellas se ven ahora obligadas a pedir ayuda a oenegés como Cáritas, Cruz Roja o el Banco de Alimentos mientras esperan a que la tormenta escampe y Castellón les de una oportunidad.