Cuando el esquema comunicativo ha cambiado y todos nos convertimos en emisores y receptores de mensajes; cuando la información bidireccional y participativa está a nuestro alcance, se hace indispensable ejercitar el sentido crítico y fomentar el afán por contrastar e interpretar cada información.

Confundir este saludable ejercicio con establecerse en una paranoia conspiranoica constante que hace que se dude de todo sin tener interés en contrastar la información. Cuando además se emplea este método para hacer política y enredar, es un fraude para los ciudadanos. La ignoracia se vuelve insolente si las afirmaciones se basan en suposiciones, desprecios y creencias sin ningún tipo de análisis ni comprobación. En Peñíscola ya lo vivimos. La izquierda, instalada en la negación, el desprecio y el enredo, no se molesta en asesorarse e informarse sobre las distintas cuestiones que ocupan la agenda de la ciudad. La última ha sido de nota, La Roca duda de la independencia de quien otorga las banderas azules que, este año, Peñíscola ha conseguido para sus dos playas urbanas por primera vez. Mejor les iría alegrándose de los logros de sus vecinos, porque hemos sido todos quienes hemos trabajado, durante los últimos años para poder sacar pecho e ir a mejor. Pero no, siguen a lo suyo negando la mayor y haciendo el ridículo. Así les va. H

*Alcalde de Peñíscola