Según el diccionario de la Real Academia Española, una involución es la detención y el retroceso de una evolución biológica, política, cultural o económica. Definición que se adapta a la perfección al devenir de la vida municipal de Castellón porque la involución es la característica que comparten muchas de las decisiones políticas que adopta el bipartito.

Llamémosle involución o política de tierra quemada… Aquella basada en establecerse en un territorio, arrasarlo y pretender reconstruirlo partiendo de la nada, como si la tierra fértil que lo albergaba jamás hubiera existido ni ofrecido fruto alguno. Ese es el empeño de socialistas, nacionalistas y radicales, pretender partir de cero como si la historia de nuestra ciudad hubiera empezado con ellos, como si todo el trabajo realizado por los anteriores equipos de gobierno, colectivos vecinales, asociaciones empresariales, etc. no hubiera existido.

Y así se han comportado con el Plan General de Ordenación Urbana, pretendiendo hacernos creer que con ellos llegó la revisión… cuando el PP ya puso los cimientos con los Foros de Urbanismo y la implicación de toda la sociedad castellonense. Así ocurrió también con el revisionismo constante hacia la organización de las Fiestas como si los castellonenses no hubiéramos diseñado entre todos una Magdalena declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional... Y así ocurre con el turismo y el menosprecio de la alcaldesa hacia el sector cuando afirma que «hay que poner a Castellón en el mapa turístico»… y también con la participación ciudadana cuando los actuales gestores ningunean a los colectivos vecinales diciéndoles que hay que dar un paso más allá y ellos ya no sirven para representar a los vecinos… Y eso es involución. Porque una ciudad que se detiene y retrocede, no evoluciona, señora Marco… piénselo.

*Portavoz del Grupo Municipal Popular en Castellón